Se impuso el “voto util”

    El síndrome del 2002 con Le Pen en la segunda vuelta, la fuerte movilización  y la campaña en pro del voto “util” de los dos favoritos de este escrutinio ha dado sus frutos y jugado a favor de la clasificación de Nicolas Sarkozy y de Segolene Royal, que disputarán la final de este elección presidencial el próximo 6 de mayo.

    El voto de protesta, que marcó la elección del 2002,  retrocede. Los extremos pierden terreno en beneficio de los dos candidatos mayoritarios. De las seis posibles ecuaciones de esta final nos encontramos pues ante la más clásica y la mas esperada: Un duelo entre Sarkozy y Royal, los dos candidatos que durante meses fueron intronizados favoritos por los sondeos de opinión y los principales medios informativos. Derecha contra izquierda. Pero con elementos nuevos y diferentes a los de antaño.

   La victoria de Nicolas Sarkozy con cinco puntos más que la candidata socialista, se ha hecho en detrimento del Frente Nacional, que sigue siendo una fuerza estable de 11%, pero pierde su posibilidad de reunir un electorado mas amplio. Sarkozy ha cumplido con su primer objetivo al derechizar su campaña, recuperando una parte de los votos de la ultraderecha. Su gran desafio será ahora el de atraer al centro.   

   Segolene Royal por su parte ha conseguido también su propósito: superar la barra de 25 % de sufragios y clasificarse en la primera ronda. Ha cumplido pues con su objetivo: dar una esperanza nueva al PSF, tras el síndrome Jospin y lograr que la izquierda esté de nuevo presente en la final de una elección presidencial. Se trata ahora para ella de crear una nueva dinámica con el apoyo de la izquierda y del centro.

   En consecuencia el tercer hombre François Bayrou, aunque perdedor, es el que aparece ya en el horizonte como árbitro de la próxima contienda.  

Con 18 % de votos, tres veces mas que en el 2002, Bayrou hace renacer la UDF y el electorado centrista, transformandose en el hombre que será mas cortejado en Francia en los próximos quince dias.

   Una nueva partida empieza, se baraja de nuevo y la mano la tiene Sarkozy. Pero lo que tendrán que probar ahora ambos candidatos es su capacidad a “rassembler”, reunir, agrupar o convencer a una mayoria de franceses mas allá de sus propios partidarios de la primera ronda.

 Aunque perdedor en votos Jean Marie Le Pen  consige por su parte estabilizar su electorado lo que puede ser importante en las futuras  elecciones legislativas a condición de que haya un escrutinio con una dosis de proporcional.  Le Pen  aunque decepcionado no se declara vencido pues a falta de votos  ha obligado al candidato de la UMP a trillar en su propio campo y a hacer campaña sobre sus temas favoritos: delincuencia, emigración y seguridad.

  En todo caso hay una lección hermosa  y esperanzadora en esta primera ronda electoral: la fuerte movilización ciudadana con una participación récord de casi el 90 %, a pesar de una campaña electoral escamoteada por los candidatos principales. Una movilización que solo tiene un equivalente aquí en la fuerte participación de 1965.