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La futura RTVE

domingo 26 de noviembre de 2006, 15:43h
Luis Fernández, un periodista riojano curtido para el periodismo en los informativos de la cadena Ser y de Telecinco, y forjado en la gestión durante su más reciente estancia en Estados Unidos, de la mano del grupo Prisa, será el presidente del consejo de RTVE. No es un periodista de carné pero es un hombre progresista, que sólo pierde (un poco) los papeles cuando se trata del Real Madrid. Camino de los 50 años, desembarcará en una RTVE donde será uno de los mayores de la casa, una vez que alguien tuvo la ocurrencia de ir prescindiendo de muchos y buenos profesionales que habían superado esa edad. El trabajo sucio ya está hecho pero el daño también.

Al periodista que levantó los informativos de Telecinco y que terminó siendo odiado por el entorno de Aznar –eufemismo con el que se acostumbra a atribuir ciertas operaciones-- le corresponde, por tanto, recuperar a una aburrida TVE, en la que habrá que empezar a gastar e invertir lo justo, a riesgo de que los primeros en caer sean sus propios gestores.

La mayoría de los gobiernos que sanean empresas públicas optan por vender activos pero, tratándose de televisiones, no se ha querido vender La 2, hacer caja y sanear La Primera. Por tanto, lo que queda es gastar poco e ingresar lo máximo posible por publicidad, empeño en el que también están no sólo las grandes televisiones privadas, como Telecinco y Antena 3, sino también todos los nuevos canales, empezando por Cuatro y La Sexta y siguiendo por Veo TV. En los ambientes políticos y periodísticos de Madrid suele darse por hecho que el Gobierno de Rodríguez Zapatero se cargó de alguna manera TVE para favorecer los intereses de sus amigos, en alusión a Cuatro y a La Sexta. A Luis Fernández le corresponde demostrar que eso no es más que una intoxicación.
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