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Remesas y evacuación de damnificados dan alivio a los haitianos

sábado 23 de enero de 2010, 01:18h

La apertura de algunas oficinas de recepción de remesas alivió hoy algo la situación de los habitantes de Puerto Príncipe, mientras el Gobierno decidió evacuar a miles de afectados por el sismo de la ciudad, donde continúan los problemas para recibir y distribuir la ayuda internacional.

Mientras unas oficinas de transferencia de fondos de la capital comenzaron hoy a abrir tímidamente sus puertas, algunas personas, ansiosas por recibir su dinero, empezaron a hacer filas ante los bancos, que tienen ya todo dispuesto para permitir a los usuarios retirar fondos.

"Si no consigo llevarme mi dinero hoy voy a morir de hambre. Tengo dos hijos que alimentar, sin dinero no puedo hacer nada", dijo a Efe, expectante a las puertas de una oficina, la joven empleada de hostelería Louisse Matturin.

"Hay mucha expectación porque la gente tiene una gran necesidad de dinero para comer y para hacer compras básicas", explicó, por su parte, el presidente del Consejo de Administración de la Asociación Profesional de Bancos (APB), Maxime Charles.

El objetivo de la reapertura de las entidades bancarias, bajo la protección de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), es contribuir a la normalización de la vida en Puerto Príncipe tras el "shock" que supuso el terremoto del 12 de enero.

Charles destacó que la gente está trabajando desde el día siguiente al movimiento telúrico de 7 grados Richter y recordó que la actividad de los numerosos mercados informales repartidos por Puerto Príncipe no ha cesado en momento alguno.

Otro alivio para la situación de la capital vendrá con el traslado de unas 400.000 personas que se han quedado sin vivienda a campamentos ubicados en las afueras de Puerto Príncipe, una medida que fue anunciada por el ministro del Interior, Antoine Bien-Aimé.

Las operaciones para el desplazamiento ya fueron iniciadas por los "cascos azules" que participan en la Minustah y arrancarán con la reubicación de unos 100.000 sobrevivientes, para que lo que el Gobierno ha requisado de momento 30 autobuses.

Las autoridades haitianas calculan que un millón y medio de personas perdieron sus viviendas en el sismo, que causó más de 100.000 muertos y tres millones de damnificados.

Sin embargo, el jefe interino de la Minustah, el guatemalteco Edmond Mulet, aseguró hoy que "nunca" se sabrá el número exacto de víctimas mortales del sismo.

"Muchas personas que están debajo de los escombros quedarán ahí para siempre, porque edificios enteros cayeron y mover esos escombros requiere de maquinaria pesada que no tenemos", afirmó en una entrevista con el diario guatemalteco Prensa Libre.

En los escombros de los edificios derruidos por el temblor los equipos de rescate siguen trabajando al mismo ritmo que el primer día, según la portavoz de la oficina humanitaria de la ONU, Elizabeth Byrs.

La esperanza de encontrar a más sobrevivientes "va disminuyendo, pero no podemos parar aunque sólo sea para salvar a una persona más", afirmó.

Pese a la mejora en la distribución de alimentos que la ONU ha difundido a bombo y platillo en los últimos días tras las informaciones sobre el caos y los saqueos que difundió la prensa internacional, Mulet admitió que están "desbordados" por la catástrofe.

En otra entrevista con el rotativo francés Le Monde, reconoció problemas de seguridad y coordinación y calificó de "pesadilla" la situación logística para la distribución de la ayuda humanitaria, por lo que, añadió, "las tropas estadounidenses y canadienses son bienvenidas".

Sin embargo, la intervención estadounidense en la misión humanitaria en Haití volvió a recibir hoy críticas por su gestión de las operaciones del aeropuerto de Puerto Príncipe, esta vez de la ONG Médicos Sin Fronteras (MSF).

El director de comunicación de MSF en España, Jaume Codina, dijo a Efe que la mala dirección del Ejército de EE.UU., que está desviando a la República Dominicana vuelos con ayuda, provoca retrasos en el reparto de la asistencia humanitaria "que están causando muertes", por lo que la calificó de "crimen".

Estas críticas vienen después de que un avión de la organización, premio Nobel de la Paz en 1999, cargado con material médico fuese desviado al país vecino.

"No hay fluidez, el aeropuerto es un cuello de botella logístico y querríamos saber cuáles son las prioridades que se han dado al Ejército de EE.UU. para gestionarlo", indicó Codina.

El portavoz consideró que "la gestión que están llevando a cabo no es de coordinación, sino de ordeno y mando", como el desalojo de los periodistas extranjeros del recinto aeroportuario, una decisión que, según EE.UU., fue tomada a petición de Haití para restablecer los procedimientos de seguridad que existían antes del sismo.

El general estadounidense Douglas Fraser reconoció hoy que tienen "una lista de más de 1.400 vuelos esperando poder entrar en este aeropuerto tan pequeño", con capacidad para recibir solo entre 120 y 140 aviones al día.

Además, "los dos puertos principales de la ciudad fueron destruidos. Nos falta carburante. Enviamos convoyes desde la República Dominicana, pero el aeropuerto de Santo Domingo está desbordado", destacó Mulet.

Como consecuencia, el Ejército estadounidense decidió utilizar un segundo aeropuerto en la República Dominicana, el María Montez, situado en la región de Barahonda, para la distribución de la asistencia.

Los alimentos que lleguen a Haití a través de la República Dominicana, países que comparten la isla de La Española, serán protegidos por 150 soldados dominicanos luego de que el presidente haitiano, René Préval, diese el visto bueno para la entrada de soldados de la nación vecina.

Su papel, según el portavoz de la ONU, Martin Nesirky, será patrullar el corredor humanitario abierto entre Santo Domingo y Puerto Príncipe, "para asegurarse de que permanezca abierto y transitable".

Además, el responsable de la fuerza conjunta de EE.UU. en Haití, el teniente general Ken Keen, anunció que mañana será reabierto el puerto de la capital del país, sin bien hoy atracó un buque holandés en el muelle sur, donde descargó 90 toneladas de ayuda.

En tanto, el Gobierno de Canadá trabajaba contrarreloj en la organización de la Conferencia Internacional que la próxima semana sentará en Montreal las bases para la reconstrucción de Haití y el Banco Mundial respaldó la propuesta del Club de París de condonar por completo la deuda externa del país caribeño.

 

 

 

 

 

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