Revilla asegura que el ARU del Cabildo de Arriba transformará este espacio en un lugar "habitable y dignificado"

En relación con los trabajos de elaboración del ARU, figura complementaria del Área de Rehabilitación Integral (ARI) y que implica el derribo de algunos edificios para la construcción en su lugar de otros nuevos, el Presidente ha agradecido el extraordinario trabajo que está realizando la Asociación de Vecinos, con la que tanto él como la ministra han mantenido un encuentro, "sobre todo en la mentalización de la gente".

"Que nadie dude que estamos realizando algo que va a transformar totalmente la faz de este lugar", ha insistido, al tiempo que ha resaltado la "voluntad firme" de las tres administraciones implicadas, Ministerio, Gobierno y Ayuntamiento, para llevarlo a cabo.

Miguel Ángel Revilla ha asegurado que en la primera reunión que se convoque al efecto el consejero de Obras Públicas, José María Mazón, aportará toda la documentación del ARU para que "inmediatamente" tenga el visto bueno y esta zona pase "de deplorable a emblemática".

Finalmente, ha agradecido la "receptividad" de la ministra con todos los temas planteados desde Cantabria "y muy concretamente en esta zona, que va a tener un antes y un después".

Por su parte, Beatriz Corredor ha apostado por mejorar la calidad de vida de los vecinos de este barrio que, en algunos casos, habitan en pisos que superan los cien años de antigüedad.

En cuanto al ARU, una figura que tiene la mayor financiación del Plan Estatal de Vivienda, Corredor ha subrayado la importancia de la colaboración entre administraciones y, especialmente, de los vecinos, que son "absolutamente cruciales" para que el proyecto se desarrolle de una manera beneficiosa.

La ministra ha recordado también las actuaciones que el Ministerio de Vivienda lleva a cabo en otros barrios de la ciudad como el Río de la Pila, San Celedonio, Santa Cristina y San Simón, que cuentan ya con 850 viviendas en rehabilitación y una aportación del Estado de más de 3 millones de euros.

Acompañando a Revilla y Corredor en la visita, han estado presentes, entre otros, el alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, y la portavoz de la Asociación de Vecinos del Cabildo, Yolanda Fernández.

ARI

Para el ARI del Cabildo de Arriba, se solicitado ya la calificación provisional de 264 viviendas pertenecientes a un total de 26 edificios, de las que 200 ya han sido calificadas y 64 están pendientes. Las ayudas van destinadas desde la mejora de la cubierta o de la estructura hasta la reforma de fachadas y resto de elementos comunes del edificio.   

Además, el Gobierno de Cantabria y el Ayuntamiento de Santander firmaron un convenio para la financiación de las obras de urbanización del Cabildo, que ha supuesto una inversión del Ejecutivo regional de 1.518.012 euros, el 66,84 por ciento del presupuesto de las obras. 

Además, la Consejería de Vivienda llegó a un acuerdo con el Ministerio para incrementar las ayudas de rehabilitación a las viviendas del entorno del ARI del Cabildo de Arriba, de tal forma que los afectados pasaron de tener una ayuda por vivienda del 40 por ciento del presupuesto de las obras de rehabilitación, como el resto de ARIS, a un 50 por ciento del presupuesto protegido, con un máximo por vivienda de  6.000 euros.

ARU

En la actualidad se está trabajando también en la delimitación de un Área de Renovación Urbana (ARU) y se ha acordado en el seno de la Comisión Mixta del Cabildo la elaboración de la Memoria Técnica para su aprobación.

Las ARUS son una nueva figura del Plan de Vivienda que permite la sustitución de los edificios que debido a su avanzado estado de degradación o problemas estructurales no pueden ser rehabilitados y necesitan demolerse para edificar en su lugar uno nuevo.

Las ayudas para los compradores de esas viviendas, que deberán ser necesariamente de protección pública, serán las mismas que para la compra de cualquier vivienda protegida, pero además estas operaciones de reforma urbana cuentan con ayudas para la demolición de las viviendas viejas, los realojos de aquellas personas que residan en las viviendas a demoler, la reurbanización de la zona y el coste de los equipos técnicos necesarios para la realización de las obras.