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Mezcla de indiferencia y de hostilidad para recibir al Papa en la polémica visita a Turquía

Mezcla de indiferencia y de hostilidad para recibir al Papa en la polémica visita a Turquía

lunes 27 de noviembre de 2006, 14:55h
Turquía se prepara para recibir esta semana al Papa entre la indiferencia de su Gobierno y la hostilidad de un pueblo que recuerda su oposición a la entrada de Ankara en la Unión Europea (UE) o sus polémicas declaraciones el pasado septiembre en las que identificaba indirectamente el Islam con la violencia.
  El Ejecutivo ha dejado ver que Benedicto XVI no es precisamente bienvenido en este país de mayoría musulmana. El primer ministro, Recep Tayiip Erdogan, se ha hecho de rogar para entrevistarse con el Pontífice en su primera visita oficial a Turquía. El encuentro, que durará sólo unos minutos, tendrá lugar mañana en el aeropuerto internacional de Esenboga, momentos antes de que Erdogan emprenda rumbo a Riga (Letonia) para asistir a la cumbre de la OTAN.

   El primer ministro y su ministro de Asuntos Exteriores, Abdulá Gul, se han pasado las últimas semanas asegurando que no se podrían reunir con el Papa porque ambos asistirán al cónclave de la OTAN el martes y el miércoles, justo cuando comienza el periplo papal.

   Erdogan lo dejó claro hace poco en una rueda de prensa en Estambul junto al presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero: "Yo no puedo cancelar mi asistencia a la cumbre. No podemos darnos el lujo de no ir. El mundo sigue y tenemos nuestras responsabilidades. Que nadie encuentre un mal pensamiento en ello".

   Sin embargo, Benedicto XVI permanecerá en Estambul hasta el viernes. Conscientes de que aún habría dos días para fijar una cita con el Pontífice, Erdogan y Gul movieron ficha. El primero convocó una reunión del Consejo Supremo de Defensa para ese mismo día en Ankara a la que tampoco podía faltar.

   Mientras, el segundo invitó a Su Santidad a cenar con él. La respuesta del Vaticano al ofrecimiento del jefe de la Diplomacia turca fue hasta provocativa. "La comida es un placer mundano; el Papa asiste a una cena oficial", se excusó la Santa Sede, según fuentes diplomáticas, agregando después que el Papa no acostumbra a comer o cenar con las autoridades de ningún país.

   Además de con Erdogan, Su Santidad se entrevistará con el presidente de la República, Ahmet Necdet Sezer; con el viceprimer ministro, Mehmet Ali Sahin, y con el máximo responsable turco de Asuntos Religiosos, Ali Bardakoglu.

   Sin embargo, no estarán junto a él el ministro de Asuntos Religiosos, Mehmet Aydin, cuyo nombre suena en muchos círculos para ocupar la Presidencia, y el alcalde de Estambul, Kadir Topbas, que estará en Bruselas justo los tres días que Benedicto XVI pasará en su ciudad.


"Enfermedad infecciosa" del Papa

   La prensa turca no ha entendido muy bien esta desbandada de altos cargos y se pregunta si el Papa tiene alguna "enfermedad infecciosa". Un columnista del diario 'Hurriyet' aseguraba la semana pasada que, desde los atentados del 11-S, la Administración del Partido Justicia y Desarrollo (AKP, en el Gobierno) con Erdogan al frente, se ha presentado como el representante del "diálogo entre civilizaciones". De hecho, Turquía ha sido junto a España el patrocinador de la iniciativa de la Alianza de Civilizaciones, cuyo Grupo de Alto Nivel (GAN) presentó sus recomendaciones el pasado 13 de noviembre.

   Seguramente, más de uno no puede olvidar que cuando Benedicto XVI era aún el cardenal Ratzinger, se mostró abiertamente contrario a que Turquía ingresara en la UE. En su opinión, se trataría de un hecho "antihistórico" y abogó porque el país ejerza de puente entre Europa y el mundo árabe o forme su "continente cultural" junto a él.

   Asimismo, todavía resuena el discurso que dio en su viaje a Alemania y que levantó unas críticas muy duras en todo el mundo musulmán. El Papa se excusó en varias ocasiones, alegando que había sido malinterpretado y que sólo buscaba un mayor diálogo entre religiones.

   Sin embargo, el propio Bardakoglu estimó que sus palabras mostraban "una visión parcial y llena de prejuicios" del Islam y reflejaban "el odio" que el Papa lleva en su corazón. En sus últimas entrevistas, el gran muftí ha dejado claro que su viaje a Turquía no va a "sanar" las heridas, pero también se ha mostrado conciliador y ha prometido que no sacará el tema cuando se reúna con el Pontífice.

   En la misma línea se manifestó ayer Abdulá Gul. "Esperamos que esta visita sea una oportunidad para eliminar los malentendidos entre musulmanes y cristianos. Los mensajes que el Papa entregue aquí son, desde luego, muy importantes", afirmó, agregando que seguía pensando que su discurso en Ratisbona fue un "mensaje desafortunado".


Ánimos encendidos en la calle

   Mientras, los ánimos están encendidos entre la población turca. Un centenar de fanáticos de extrema derecha ocupó la semana pasada de forma simbólica el Museo de Santa Sofía, en Estambul. La acción fue pacífica y se limitaron a rezar en su interior, pero su principal objetivo era trasladarle al Papa que no es bienvenido en Turquía y que no se le ocurra rezar en su interior, ya que para ellos el Museo sigue siendo una mezquita. Un mensaje muy similar transmitieron ayer los más de 20.000 turcos que se concentraron en una céntrica plaza de Estambul bajo el lema 'Papa, no vengas'.  

   Un reciente sondeo ha revelado que sólo el 10% de la población turca apoya la visita, mientras que un 38% se muestra decididamente contrario, un 38% indiferente y un 14% prefiere no expresar su opinión.

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