La campaña de intoxicación a favor de Garzón que inició ayer en un medio madrileño el ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo va a tener 'contracampaña'. Nos aseguran que, si de lo que se trata es de poner en marcha el ventilador de la porquería, éste será de 'ida y vuelta': saldrán todos los cobros que han cobrado todos, incluido Garzón.
Como hemos adelantado en este diario e-Xclusivo, medios judiciales, políticos y periodísticos afines a Garzón va a contraatacar con informaciones de estilo 'revelación' de salarios o 'sobresueldos', por ejemplo, de jueces del Tribunal Supremo, con su asistencia a cursos, seminarios y conferencias patrocinados por importantes despachos de abogados.
Frente a esa estrategia ya se ha puesto en marcha otra: revelar los supuestos cobros del propio Garzón en etapas anteriores. De momento, se ha puesto en circulación que Garzón habría cobrado de los fondos reservados alrededor de 750.000 pesetas mensuales en 1993 durante el tiempo que tuvo que pedir la excedencia como juez para presentarse como número dos en las listas del PSOE por Madrid.
La explicación sería sencilla: dado que durante unos meses el juez-estrella no cobraba como juez, pues estaba excedente, y tampoco lo hacía como diputado, ya que aún no disponía del acta, el Gobierno de Felipe González habría decidido habilitar una vía para financiarlo, y lo habría hecho a través de los fondos reservados del Ministerio del Interior.
Esa misma cantidad habría percibido igualmente y por el mismo concepto el también juez Ventura Pérez Mariño, que también colgó la toga para presentarse a diputado en las listas socialistas. Probablemente, ni Garzón ni Pérez Mariño sabrían de dónde salía el dinero. Pero, al parecer, se están recopilando papeles para 'contraatacar' debidamente si los partidarios de Garzón quieren emponzoñar a magistrados del Supremo o jueces de la Audiencia Nacional. La historia, como se ve, comienza a complicarse.
En definitiva, parece que se ha desatado una campaña absurda y maniquea, tan simplista como que se vuelve a hablar de las 'dos Españas' con argumentos tan ridículos como que 'el que está con Garzón es un demócrata y el que está contra Garzón es un franquista', como se dice en ámbitos socialistas. En esos ámbitos, precisamente, no se habla del Estado de Derecho ni se entra en el fondo del asunto; es decir, en que hablen los jueces y digan si Garzón es culpable o es inocente.