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El narco: guerra total

lunes 26 de abril de 2010, 04:51h

Mientras que en todos los frentes se intensifica la guerra de policías, militares y marinos contra el narcotráfico, en las próximas horas el pleno del Senado discutirá la reforma de Ley de Seguridad Nacional, que podría llegar tarde ante una cambiante realidad 
 

Fin al fuero militar y de sotanas

Mientras que en todos los frentes se intensifica la guerra de policías, militares y marinos contra el narcotráfico, en las próximas horas el pleno del Senado discutirá la reforma de Ley de Seguridad Nacional, que podría llegar tarde ante una cambiante realidad.

En los días recientes hemos sido testigos de un incremento en los niveles de violencia ejercidos por las bandas criminales, las cuales pasaron de imponer un estado de sitio en Morelos, a secuestrar personas de sus hoteles en la zona rosa de Monterrey; además de enfrentar en balaceras a militares y policías; emboscar y matar policías federales en Ciudad Juárez, y atentar contra la secretaria de Seguridad Pública de Michoacán, Minerva Bautista Gómez, quien milagrosamente salvó la vida. Todo en medio de la captura de José Gerardo Álvarez Vázquez El Indio.

En pocas palabras, lo que vivimos es la “guerra total” —no sólo entre bandas, sino de cárteles contra policías, marinos y militares—, cuyos brotes aparecen por todo el país y que cada vez van dirigidos a objetivos de más alto nivel. Así, en un reto abierto a policías y militares —y que muestra los elevados niveles de corrupción en las policías de Monterrey y Nuevo León—, sicarios de una banda criminal sacaron de sus hoteles, en la zona rosa de Monterrey, a un grupo de empresarios que aún no aparecen. El secuestro se produjo el pasado jueves. Hoy nadie sabe nada. Y nadie ha respondido las interrogantes básicas. ¿Por qué y para qué se los llevaron? ¿Por qué a ellos? En tanto siguen los enfrentamientos en las calles.

El viernes policías federales fueron emboscados en una colonia popular de Ciudad Juárez. Los federales hacían su rondín de vigilancia, cuando un hombre les pidió auxilio. Se detuvieron y aparecieron sicarios que mataron a policías federales y municipales. ¿Quién fue? ¿Por qué? No existen respuestas. Apenas ayer un grupo de sicarios atentó contra la secretaria de Seguridad Pública del estado de Michoacán. La servidora pública logró salvar la vida, pero sus acompañantes y escoltas resultaron muertos, luego de que su vehículo recibió más de un centenar de balazos.


¿LLEGA TARDE LA LEY?

La guerra es total, pero en el Congreso federal pocos parecen tener clara la importancia de contar con nuevas reglas para que policías, militares y marinos hagan frente a una cada vez más violenta respuesta de los criminales. En horas se debatirá en el pleno del Senado el dictamen de reforma a la Ley de Seguridad Nacional, que en su parte medular establece que el uso de la fuerza armada permanente contra el crimen será “una decisión de Estado”, y que los militares que incurran en delitos en esa lucha, serán sometidos a la justicia civil.

¿Qué quiere decir que el uso de la fuerza armada será “una decisión de Estado”? Poca cosa, que para que intervengan policías federales, marinos o militares para combatir a los criminales organizados en alguna entidad del país, la solicitud la deberán hacer el gobierno estatal y el Congreso local, al Consejo Nacional de Seguridad Nacional. Es decir, la misma gata actual, sólo que revolcada. ¿Por qué? Porque hoy alcaldes, gobernadores y legislaturas locales no hacen nada contra el narco, porque se escudan en el cuento de que es facultad federal, ¿Y qué va a pasar en estados donde gobiernos sean parte del narco? Pues sí, que nadie podrá hacer nada. Esa es la nueva ley que propone la partidocracia.

Pero no es todo. Como aquí le adelantamos, finalmente el Senado decidió proponer el fin del “fuero militar”, y en la misma reforma a la Ley de Seguridad Nacional, propuso que marinos y militares que cometan delitos en la lucha contra las mafias criminales, serán sometidos a los tribunales civiles. El tema es un hito que aceptaron a regañadientes altos mandos castrenses, quienes ante hechos consumados prefirieron esperar para septiembre, a fin de proponer toda una reforma integral a sus responsabilidades en la lucha contra el crimen organizado. Y mientras tanto, los criminales escalan la guerra contra policías, marinos y militares, y suben la jerarquía de los objetivos.


¿Y LOS JUECES CUÁNDO?

Casi a la par de que se anuncia el fin de fuero militar, la crisis que vive la Iglesia católica también obligó a la jerarquía a poner fin al fuero de las sotanas. Es decir, que los sacerdotes abusadores de niños y niñas serán sometidos sin miramientos a la justicia civil. Antes eran intocables, pues su juicio era divino. Vale la memoria porque la justicia mexicana tiene pendiente otro fuero intocado: el de los jueces.

¿Hasta cuándo serán intocables jueces corruptos que hacen toda clase de trucos para dejar en libertad a narcotraficantes, secuestradores, pederastas, autores de feminicidios, y criminales adinerados? Ejemplos de la corrupción en todo el sistema de justicia abundan, el más cercano apareció en el caso del narcotraficante recién capturado, El Indio, a quien antaño dejaron en libertad jueces corruptos. Podrán aprobar una nueva Ley de Seguridad Nacional, acabar con el fuero militar, pero si permanecen intocados los jueces, los delincuentes seguirán burlando a todos.


EN EL CAMINO

Luego de ser víctima de una infamia periodística y de una canallada del sindicato de Notimex, Alejandro Olmos recibió el mejor respaldo al que puede aspirar un periodista, el apoyo de lo más respetado del gremio. La mezquindad periodística y la perversión sindical pueden ser poderosos, pero son mediocres ante la verdad y la razón, que está del lado de Olmos
 
Opinión extraída del periódico El Universal 25/04/10

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