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Ha publicado su primera novela 'Una heredera de Barcelona'

Sergio Vila-Sanjuán observa una 'dialéctica complicada' entre Barcelona y Madrid por diferencias en criterios de actuación

Sergio Vila-Sanjuán observa una "dialéctica complicada" entre Barcelona y Madrid por diferencias en criterios de actuación

El "mundo monárquico barcelonés" quiso hacer de la ciudad la capital de España, desvela el periodista

viernes 30 de abril de 2010, 17:43h

El director del suplemento Cultura/s del periódico La Vanguardia, Sergio Vila-Sanjuán, es uno de los periodistas más prestigiosos del país en materia literaria. De tanto adentrarse en la cuestión, le ha entrado el gusanillo de formar parte de la misma. Y es así como se ha enfrascado en recuperar, en formas de novela, unas memorias familiares que plasma en el libro que el Alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ha recomendado en el pasado día de Sant Jordi y que, a la vez, se ha constituido en uno de los grandes éxitos de la jornada. Una heredera de Barcelona (Editorial Destino), que así se titula la obra, parte de la evocación del abuelo del escritor, Pablo Vila-Sanjuán -cuyo nombre aparece cambiado en la novela, pero con facilísima identificación- abogado, periodista y político liberal-conservador, que llegó a secretario personal de quien en la época era presidente del Gobierno español, Eduardo Dato.

En este fresco histórico que gira alrededor de la heredera del título también tienen cabida las siempre complicadas relaciones entre Barcelona y Madrid; entre Cataluña y España. En el libro, cuyo tema central son los convulsamente románticos años 20 barceloneses, se entremezclan anarquistas con burgueses o revolucionarios con monárquicos -siempre, por cierto, huyendo del tópico maniqueo y presentando personajes con matices, tal como tiene todo ser humano-. Estos últimos eran, como ya se habrá adivinado, quienes formaban el círculo más próximo del abuelo del autor. Un "mundo monárquico", tal como define Sergio Vila-Sanjuán, cuyo objetivo no era otro que "hacer de Barcelona la capital de España". Por esta razón "se financió, por ejemplo, el Palacio de Pedralbes. Porque su idea era que el Rey Alfonso XIII permaneciera más tiempo en la ciudad".

Sin duda, Madrid y Barcelona, como Cataluña y España, tienen muchos factores en común: el área geográfica a la que pertenecen, el carácter conferido por las lenguas romances de sus habitantes... Pero hay otras que las diferencian, cuyo peso puede ser más o menos relativo. Tal vez el paradigma de estas últimas sea el método entendido como talante, como 'modus operandi' -y, sobre todo, cabe hacer un inciso para introducir un dato importante: pensando en Madrid más como metáfora de poder político que desde un punto de metrópoli ciudadana-.

Y sobre este aspecto, ofrece una lección de historia Sergio Vila-Sanjuán cuando se refiere al episodio en que la burguesía catalana pide ayuda a las autoridades de Madrid para acabar con el caos ciudadano en Barcelona. "El momento que yo reflejo en mi libro -explica- muestra una Mancomunitat (equivalente en la época, salvando muchas distancias, a la Generalitat actual) que ya se había constituido pero no tenía competencias en Orden Público, que dependía del Gobierno Civil". En esta tesitura, pues, no quedaba más remedio que pedir auxilio a Madrid. La solución del Gobierno español fue enviar al General del Ejército Severiano Martínez Anido, famoso por sus crueles maneras que generarían disgusto, como, posteriormente se haría con su homólogo Miguel Primo de Rivera, que protagonizó su Golpe de Estrado desde Barcelona. "De alguna manera, en aquel momento la burguesía catalana está pidiendo a Madrid que le solucione el problema. Claro, cuando Primo de Rivera se alza en armas primero pone orden, pero posteriormente prohíbe el catalán en determinadas esferas de la vida pública, se carga la Mancomunitat...", prosigue el escritor para definir lo que el apunta como "una dialéctica complicada". Y es que "aquí se espera que se solucionen algunos problemas pero después la forma de solucionar no gusta". Otro tanto sucederá, posteriormente, en el inicio de la Guerra Civil cuando "los militares vienen tres meses antes de julio a pedir que la burguesía catalana les financie el Golpe. Pero estos no ven clara la situación. La razón por la cual se acaban pasando al bando franquista es porque con las revueltas ciudadanas tienen que huir y acaban en el bando que posteriormente sería el vencedor de la contienda".

Barcelona importa en Madrid

Ya se comentaba en aquellos tiempos y, a veces, la sensación sigue viva: nada de lo que sucede fuera de Madrid importa a nadie. Sergio Vila-Sanjuán rompe el tópico porque "ya entonces en Madrid importaba mucho lo que pasaba en Barcelona, pues se consideraba que era la ciudad más desarrollada de España". Por otra parte, en aquellos momentos, se convierte en "banco de pruebas de la política española y lo que se ventila en los años 20 es lo que más tarde se reproducirá en la Guerra Civil", ilustra el novelista que añade, como opinión personal, que "Barcelona marca un poco la pauta". Aunque también advierte de que no debemos olvidar un contexto internacional en el que existe un problema paralelo "que es catalán, pero también es español y europeo", y que tiene su inicio en la Revolución Rusa de 1917 y las consecuencias que de ella se derivarán.

¿Y hoy? "Pues creo que Barcelona es un punto de referencia muy claro. Como periodista cultural esta sensación la he tenido siempre", opina Sergio Vila-Sanjuán y cita "la cultura en general, el teatro, el diseño... Los círculos culturales de Madrid siempre han observado con atención lo que se hacía desde Barcelona", concluye.

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