Crónica de una victoria anunciada
domingo 06 de mayo de 2007, 22:01h
Una fuerte participación electoral y un margen de seis puntos favorable al candidato de la derecha Nicolas Sarkozy le convierten sin equívoco alguno en el sexto presidente de esta Quinta República Francesa. Los sondeos de opinión le daban favorito de esta elección y los pronósticos se han confirmado.
Todas las predicciones son antipáticas porque pretenden robarnos ese placer exquisito de lo imprevisto, que es el sufragio universal. Pero el azar democrático ha confirmado el anuncio de los oráculos. Este decano Estado de derecho que es la República francesa sale reforzado de un escrutinio, en el que el civismo se ha impuesto frente a la desidia o la abstención. La socialista Segolene Royal ha reconocido sonriente y digna su derrota, con un resultado muy honroso : 17 millones de franceses la han apoyado, algo equivalente a lo que logró Lionel Jospin en 1995. Una esperanza de renovación de la izquierda francesa se ha atisbado con ella que deberá proseguirse ahora en las próximas elecciones legislativas.
La necesaria renovación del Partido Socialista Francés ha sido inmediatamente evocada por sus principales tenores. Aunque derrotada, el resultado obtenido da legitimidad a Segolene Royal para proseguir ese movimiento renovador, mal que les pese a los elefantes arcaicos de su organización que la han dejado en esta campaña sola ante el peligro. Tuvo razón Segolene Royal de aplicar el viejo adagio guerrero « Las únicas batallas perdidas de antemano, son las que nunca se libraron ». Lo que ha sembrado hoy lo cosechará en el futuro.
El llamamiento de Le Pen a la abstención fué seguido solo por 12% de sus partidarios, la mayoria del voto ultraderechista se ha volcado en Nicolas Sarkozy, y casi la mitad del voto del electorado centrista. Segolene Royal que obtiene un buen transvase de votos a su izquierda no ha logrado sin embargo recuperar los cinco puntos de ventaja que Sarkozy tenia en la primera vuelta.
Nicolas Sarkozy en su intervención ha pronunciado un discurso muy centrado en lo internacional, como para marcar claramente que a partir de ahora es el Presidente de todos los franceses, y ha invitado a sus partidarios a « respetar a Mme Royal y a los que han votado contra él ».
La paradoja de la victoria de Nicolas Sarkozy estuvo sin embargo bien expresada en su intervención. Partidario de «rehabilitar el trabajo, el mérito, la moral, la seguridad, la identidad nacional y el control de la inmigración, » temas con los que ha atraido el voto ultraderechista del Frente Nacional, deberá ahora lidiar con esa Francia que votó contra él, pero también con una parte de su electorado que votó No en el referendum europeo. En su discurso, conciente de esa contradicción, Sarkozy ha hecho un llamamiento a que « Europa no sea un caballo de Troya de los efectos perversos de la globalización » y ha recordado a todos que «su victoria no es la de una Francia contra otra, sino antes que nada la victoria de la democracia».
A los americanos, a los que ha ofrecido su amistad, les ha invitado Sarkozy a luchar contra el recalentamiento del planeta. Un discurso digno en el que el candidato vencedor ha querido sobretodo borrar su imagen de cacique autoritario durante la pasada campaña electoral. Terminado el tiempo de las promesas, sus adversarios como sus electores le juzgarán ahora por sus actos. Próxima cita la formación de su gobierno, con una primera incognita : ¿Sera mayoritariamente UMP o habrá apertura hacia el centro ? Segunda cita las legislativas de junio a las que se preparan ya los ultras de Le Pen, los centristas de Bayrou y evidentemente la izquierda francesa.