Castilla-La Mancha: el agua puede salvar electoralmente al PSOE jueves 06 de mayo de 2010, 12:54h
No diga/escriba socialistas contra populares. No diga/escriba Barreda contra Cospedal. No diga/escriba Gobierno contra oposición. O sí, dígalo/escríbalo. Pero para hacerse una idea de la situación a un año de las elecciones autonómicas, sería más justo y necesario decir/escribir: agua y trasvase contra escándalo en Caja Castilla-La Mancha. Porque, a pesar de que por primera vez en la historia no es descartable un 'sorpasso' de la derecha. Es posible que más de tres décadas después, el PSOE pierda el poder.
Posible, sí, pero difícil. Ya es algo si se tiene en cuenta el eterno dominio de la máxima figura de la torería política que ha dado la región también en su historia, más allá del sistema autonómico: José Bono, con siete elecciones, siete, ganadas. Un dominio que, pese a los pronósticos iniciales no favorables, revalidó también por la puerta grande el que fuera un banderillero de lujo y ahora sucesor, José María Barreda, ante posiblemente la mayor decepción del PP a lo largo de todos los comicios celebrados.
Y mira que el PP lo ha intentado por activa, pasiva y perifrástica hasta límites ridículos, como cuando designó precisamente a "un torero sin experiencia" -Bono dixit- como Adolfo Suárez hijo para derrocar lo que ellos entienden como "dictadura democrática del PP" -el propio Suárez dixit-, que no tiene nada de verdad. Pero sí es cierto que en tanto tiempo en el poder, hay una serie de actuaciones poco presentables y no siempre acertadas por los diferentes y sucesivos Ejecutivos autonómicos.
Entre ellas, las de amiguismo, cuyo mejor exponente ha sido la forma de ¿gestionar? la Caja de Castilla-La Mancha, única entidad financiera que ha pasado por el oprobio de verse intervenida por el Banco de España, merced a las decisiones del 'jefe' y exparlamentario socialista Hernández Moltó y el resto de consejeros. Merced a ello, y ya con sospechas heredadas de Bono, la Caja no sólo concedió créditos a empresas de dudosa solvencia, casi todas del ladrillo, pero regidas por gente cercana a los socialistas, sino que incluso en algunas de ellas, como el fracasado Aeropuerto de Ciudad Real, la propia Caja es accionista.
Todo un fiasco que, en una región todavía muy agrícola y en la que la única ciudad eminentemente de servicios y con potencia económica real es Albacete -con sus cerca de 200.000 habitantes, casi triplicando a las siguientes como Toledo, Talavera y Ciudad Real-, extendió el miedo en muchos pueblos de los pequeños ahorradores, la mayoría agricultores, y cundió el pánico. A lo que, como es habitual en la forma de oponerse del PP en toda España, contribuyeron los populares bajo la bandera de "cuanto peor, mejor". Todo un fiasco que ha hecho que los sondeos, por primera vez, denoten que el miedo o el castigo se ha instalado en muchos votantes y sea el PP quien encabece las encuestas. Pero...
Pero el propio PP, con su secretaria general a nivel español y 'jefa' en Castilla-La Mancha, se está encargando de ponerse piedras en su propia rueda. Porque la reivindicación igualmente histórica de la región ha sido el agua. Ya incluso en los estertores del franquismo, cuando se construyó el trasvase Tajo-Segura -con unas contraprestaciones que nunca se cumplieron- hubo hasta movilizaciones de protesta, que aumentaron con la democracia, aunque sin lograr nada. Y este asunto de la política hídrica lo llevan en sus genes los castellano-manchegos. Algo que Cospedal no ha sabido o podido valorar.
Y el agua puede llevarse su supuesta victoria en 2011. Y ahi sí han sabido coger el toro por los cuernos los socialistas -con un punto de demagogia también, es cierto- porque siguió en la lucha para que en el nuevo estatuto -rechazado por el PP en el Congreso- se recogiera, aunque sea en el prólogo y a título virtual, las necesidades de la región estimadas en 4.000 hecómetros cúbicos. Y Cospedal, presa de las enormes presiones del granero de votos populares que es el Levante -Valencia y Murcia-, tan necesarios en 2011 a nivel autonómico en 2012 para llevar a Rajoy a la Moncloa- se ha estrellado oponiéndose y traicionando a su región.
Ambos partidos, a nivel regional y nacional,tienen su gran responsabilidad en el petardo del Estatuto, aunque es mayor el grado de culpa 'popular'. De un lado, éstos votan -eso sí, hace ya tres años- en el Parlamento de Toledo la normativa junto a los socialistas, pero ahora se oponen en el Congreso.Porque a última hora cambian el concepto de "reserva hídrica" de 4.000 hectómetros cúbicos y lo sustituyen por la más genérica frase de que la Junta "ha estimado" que esa cifra sólo marca las necesidades de Castilla-La Mancha.¿Porqué esta variación?
En definitiva que los beneficios electorales, a todas luces justificados, que los líos socialistas con la ya prácticamente inexistente Caja, han regalado al PP pueden quedar anulados y ahogados -se insiste- por el aguda y no sólo del trasvase. En definitiva que, aunque se apunta hacia el 'sorpasso' histórico, las espadas siguen muy en alto y hasta que no salga el toro electoral por chiqueros no habrá solución, aunque sí emoción.
>> Estatuto de Castilla-La Mancha: todos impresentables, unos más que otros
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