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El Enigma del Siglo XXI

El Enigma del Siglo XXI

lunes 07 de mayo de 2007, 21:14h
El Tercer Informe del Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) de la ONU se ha convertido definitivamente en un llamado de alerta a todos los gobiernos para poner fin al paulatino y creciente proceso del calentamiento global. Ahora la expectativa se centra en la capacidad de respuesta de las heterogéneas sociedades que forman este hogar de seis mil millones de habitantes llamado Tierra.

Las responsabilidades han quedado delimitadas; los diagnósticos revelan efectivamente que la mano del hombre está destruyendo su propio ecosistema y las soluciones posibles, que habrán de convertirse en mandato próximamente, están puestas sobre la mesa.

Ahora sólo debe gatillarse responsablemente un gran movimiento de todos los actores sociales –impulsado fundamentalmente por los gobernantes, los empresarios industriales y ciudadanos en general- para adoptar las medidas que correspondan a cada una de las realidades y capacidades y que contribuyan a reducir efectivamente los nefastos efectos de la generación excesiva de dióxido de carbono (CO2).

Es que las políticas y recomendaciones diseñadas en el Protocolo de Kyoto no han dado resultados, no se han respetado y se requieren decisiones contundentes. “Con las medidas actuales de mitigación y las prácticas asociadas de desarrollo sostenible, las emisiones globales de gases de efecto invernadero continuarán creciendo en las próximas décadas”.

La escasez de medidas efectivas de mitigación ya ha llevado a que, entre 1970 y 2004, las emisiones se hayan incrementado en un 70%, desde 28,7 gigatoneladas de CO2, equivalente a 49 gigatoneladas. Al comenzar la era industrial había 260 partes de dióxido de carbono (CO2) por millón; actualmente se está en 380 y en ascenso, y se estima que hasta 550 puede ser solucionable. De llegar a 650 partes de dióxido de carbón por millón el costo “sería brutal”, consignan los expertos de los grupos de trabajo de la IPCC.

El clima político para la búsqueda de soluciones globales ha adolecido también de altas temperaturas por la pugna entre países industrializados -con un desarrollo ya conseguido- y los en vías de desarrollo -inmersos en procesos de crecimiento- respecto a las responsabilidades en la materia o porque priman intereses económicos. Pero, hubo un aspecto que tiende a mitigar estas diferencias y que cabe destacar ya que es un importante punto a favor hacia las soluciones: “Contando sólo el CO2 procedente de las actividades energéticas, su aumento hasta 2030 lo aglutinarán los países en desarrollo (entre dos tercios y tres cuartos). Eso sí, sus emisiones per cápita (2,8-5,1 toneladas de CO2 por habitante) seguirán siendo más bajas que las de los países desarrollados (9,6-15,1)”.

Esto –se destacó en la prensa mundial- ha sido clave para que los países en desarrollo apoyaran el tercer informe, pues tener en cuenta las emisiones per cápita y por unidad de PIB es la única forma de que pudieran aceptar compromisos de reducción futuros en la revisión del protocolo de Kyoto. Relevando la importancia de este aspecto, se recordó que China es el segundo emisor mundial, tras Estados Unidos y que pronto será el primero.

Otro factor relevante es que en los estudios se precisó que el costo de disminuir la emisión de CO2 es menor que no hacer nada. Ello, por los diversos impactos socioeconómicos y ambientales del calentamiento global, de consecuencias inconmensurables.

Inundaciones, muertes por olas de calor, huracanes, pérdidas de especies, incendios que arrasan bosques, deshielos, aumento del nivel de los mares, más enfermedades, reducción del crecimiento económico y su impacto en lo laboral y social, carencia de agua para el consumo humano y la agricultura, desplazamiento de explotaciones agrícolas de su tradicional situación geográfica e inusuales tornados se cuentan entre las consecuencias de este flagelo, que afecta a diversas partes del mundo.
 
Aclaradas las causas físicas y medidos muchos de los impactos y crecientes efectos del calentamiento global, queda a la luz que la humanidad deberá a comenzar una carrera contra el tiempo. Se da el año 2015 como límite para comenzar a mitigar las  consecuencias del calentamiento global provocado por el hombre e iniciar la reducción de la emisión de CO2.

El Secretario General de la ONU, Ban Ki-Moon, sostuvo que es imperativo acordar para el 2010 un marco de trabajo que garantice la entrada en vigor de un nuevo régimen y urgió a la adopción de un paquete de acciones que impulse este proceso en la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático que se celebrará en Bali, Indonesia, en diciembre de este año.

¿Se unirán las voluntades de los gobernantes en una empresa de esta magnitud? La lógica dice que sí. No cabe duda que llegó la hora de salvar el único hogar del hombre.


Manuel Villar Burchard
Periodista.
[email protected]
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