"Seis mil quinientos euros... 'pa' que mentiendas"

Ayer se hizo efectivo en el Senado que un ilustre andaluz como es el señor Montilla (aunque le pese y hable catalán en la intimidad) pudiera expresarse en lengua catalana en lugar de la castellana porque le salió de los mismísimos cataplines y porque, qué carajo, aquí nos sobra el dinero y las lenguas no tienen preu (eso lo dijo en catalán y yo que a veces estoy despierta lo entendí sin subtitular)

Seis mil quinientos euros del ala, un millón noventa mil pesetas al día destinados a que sus señorías se entiendan en diferentes lenguas aunque tienen por obligación conocer, entender y utilizar la lengua vehicular de todos, es decir, el castellano. No se trata de hacer cursos de inglés, no, no, estamos hablando del castellano, esa que entienden perfectamente cuando rellenan un impreso pidiendo dinerito al gobiero central, la lengua que el susodicho presidente de la Generalidad utilizaba para pedirle bocatas de chorizo a su madre cuando era pequeño.

Ciento veinte mil euros al año para que la estupidez reine todavía más. Y sale el señor ministro de trabajo, ése que pasará a los anales de la historia por haber capitaneado la cartera menos honrosa de cuantas ha habido desde la Transición, esto es la de Trabajo con casi cinco millones de parados (perdón, de gente que cobra el desempleo porque parados hay más), diciendo que tampoco es un gran gasto. Tiene usted más razón que un santo, gasto es pagarles a ustedes por gobernar en lugar de cobrarles.

Mire Zapatero (y no me vengan sus defensores a decir que esto no es competencia suya porque hasta dónde yo sé él sigue siendo presidente del Gobierno y por lo tanto último responsable de este desgobierno), ya no le paso ni una. Haga usted el favor de comportarse como un hombre honrado y retirar esa absurdez más en la que, de nuevo, gasta usted en tonterías. Que no necesitan un traductor, carajo, que lo que necesitan ustedes es ponerse a trabajar en serio que esto no es un chiringuito de la playa y que la caja que se hace es de los contribuyentes, que parece que se les olvida a ustedes. Que dejen la demagogia para el discurso que hacen todos los años donde levantan el puño y cantan no sé que himno y ahora se pongan ustedes a gobernar. Que ya le están tirando de nuevo de las orejas desde el FMI, que el diario más importante alemán le llama a usted directamente memo, que está usted haciéndonos quedar como los estúpidos de Europa, que no hace usted más que gobernar como si fuese el tonto del pueblo. Ya está bien hombre!!!

Póngase a hacer cuentas y divida ese dinero entre la subida que le correspondería a los jubilados el año que viene en la revisión del IPC y verá a cuántos pensionistas salva usted de la quema. Se sorprenderá. Pero hágalo, ponga a uno de esos cientos de asesores chupando del bote que tiene usted pululando por Moncloa a hacer cálculos y vea lo que hacemos el resto: que si no hay para pescado, comeremos pollo.

Está usted llegando demasiado lejos con sus estupideces. Porque esto no es gobernar, esto es cabrear al contribuyente y mucho. En unos días se le ponen los funcionarios en huelga y mucho me temo que no se va de la Moncloa sin que el pueblo le dedique una huelga general y le digo que si lo que quiere es pasar a la historia lo está consiguiendo a marchas forzadas como el peor gobernante que jamás tuvieron estas tierras que hoy ocupan España. Lo suyo es de traca, no tiene nombre. ¿Y ahora qué está haciendo? ¿Contentar de nuevo a los nacionalistas catalanes para qué? ¿Para que le ayuden en qué nueva medida absurda? Porque de usted yo me espero ya todo.

Que media España esté pasando verdaderos apuros para comer (no para ir de vacaciones) para comer, repito y que usted siga respaldando medidas como esta es, como mínimo, un pecado. Porque sepa usted socialista obrero, que le está quitando el pan a los pobres para dárselo a los ricos. Porque ninguno de los senadores al llegar a su casa se encuentra con la luz cortada por falta de pago, ninguno de ellos tiene la nevera vacía, ni una orden de desahucio por impago de hipoteca. Sus senadores se mueven en confortables coches que pagamos entre todos (que vayan en metro, hombre que tampoco son Mr. Obama) comen a diario en los caros restaurantes de Madrid (con estos ojitos los he visto yo cienes y cienes de veces) y pagan, of course, con la tarjeta de crédito que pagan los contribuyentes. Pues que vayan al VIPS y se coman una ensalada y que paguen con el ticket restaurante o que se lleven la comida en un taper o que se la paguen de su bolsillo que cobran muchos euros, tantos o más de los que se gastaron ayer en el Senado para traducir una lengua que no necesita traducción porque le repito, es la lengua oficial del Estado Español.

Payasos, que son ustedes unos payasos. Aunque más payasos hemos demostrado ser los españoles por haberles consentido repetir legislatura. Ha demostrado usted estar vacuo de todo. Gloriosa raza la suya!!!

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