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Jesús Maeso de la Torre, escritor

“La novela reflexiona sobre el poder, la globalización política y la siempre fallida alianza de civilizaciones”

“La novela reflexiona sobre el poder, la globalización política y la siempre fallida alianza de civilizaciones”

viernes 25 de junio de 2010, 14:01h

Jesús Maeso de la Torre es considerado uno de los autores españoles más importantes de novela histórica. A su favor cuenta con casi una década inmerso a los entresijos del género —con el éxito de títulos como Al-Gazal, el viajero de los dos orientes, La profecía del Corán o El sello del algebrista, entre otros—, una narrativa escrupulosa y honesta, a la par que introspectiva, y esa preocupación latente por superar las grietas, cada vez más profundas, que en la actualidad atormentan al género en multitud de ocasiones, fundamentalmente vinculadas a los problemas de verosimilitud —referentes al tono, por ejemplo— y al binomio realidad-ficción. Su último trabajo, La cúpula del mundo (Grijalbo), II Premio CajaGranada de Novela Histórica, plasma sobre el papel un magistral retrato de la Europa del siglo XIII, en torno a la ambición de un rey, Alfonso X, por ser coronado emperador de la cristiandad y a un amor imposible entre su “médico de almas” y la princesa Cristina, prometida de uno de los hermanos del monarca.

 

La cúpula del mundo, una espiral de circunstancias —políticas, amorosas, mágicas, de aventuras…— con un ambiente trepidante, desenfrenado, muy dinámico. Ésta es una contante en sus novelas…  

Siempre he pensado que hay que escribir para emocionar, entretener y estremecer al lector. Por eso mis novelas suelen ser de ese corte. Hay que captar al leyente y ofrecerle un mundo fascinante para que no abandone la novela desde la primera página. 

 

¿De dónde nace la idea argumental de esta obra?

Nace de una visita al pueblo burgalés de Covarrubias, donde accidentalmente descubro una peregrinación de noruegos que van a visitar el sepulcro de la princesa Cristina de Noruega. Más tarde me entero de que al abrir el sarcófago en el siglo XX se encuentran dentro un poema en castellano y dos recetas médicas, al parecer allí depositadas por un médico de Alfonso X que acompañó a la embajada al país del norte. Ya tenía el tema y los dos personajes principales. Luego era cuestión de arroparlos con otras tramas no menos atractivas: la Cúpula del Mundo, sociedad secreta de reyes, sabios y míticos, la Orden Teutónica y la pretensión de Alfonso al cetro de Carlomagno.

 

Y de fondo el poder como motor imperante de la maquinaria que ha movido, mueve y moverá el mundo…

La novela es una gran reflexión sobre el poder, sobre la globalización política y sobre la siempre fallida alianza de civilizaciones. Los gobernantes nunca han cambiado, y como sostiene Voltaire, el hombre siempre se comporta de la misma manera desde la época de las cavernas. No tenemos remedio.

 

También se vislumbra una reflexión sobre el papel de la Religión a lo largo de la Historia

Desde que la Iglesia Romana ocupó el espacio dejado por el Imperio y adoptó como suyos los símbolos de poder —Pontifex Maximus, silla gestatoria, capa pluvial del imperator, etcétera— se preocupó más del poder temporal que del religioso y de la cura de almas. De ahí la lucha secular entre el sacerdocio y la espada que tanto daño le ha hecho a la institución, siempre aliada con el poder y el poderoso, y no con el débil y el necesitado, como proclama el Evangelio.

 

¿Era Alfonso X tan sabio como soñador?

Más que un soñador fue un hombre de su tiempo, un hombre religioso que creía a pies juntillas las profecías mesiánicas de la época que lo señalaban como el futuro Rex Mundi. Además, su media sangre Staufen lo facultaba para pretender el trono imperial.

Fue un rey universal, prestigioso, vividor y fundamentalmente muy ilustrado y comprometido con el saber y la ciencia. Europa le debe mucho.

 

¿Cuál fue su peor error, la propia ambición o casarse con Violante de Aragón?

Violante lo abandonó cuando más lo necesitaba y tomó parte en la guerra civil por su hijo Sancho IV el Bravo. Pero su fracaso político en el Imperio tuvo consecuencias colosales para su patrimonio y bien pudo perder la corona de Castilla.

 

Decía Marx algo así como que toda situación histórica lleva consigo el germen de su propia destrucción. Esto a la Edad Media le viene como anillo al dedo…

Ciertamente. Y aunque en la Edad Media está el germen de la Europa Moderna, de las Universidades, del Renacimiento y de las ciudades, todo se esfumó dando paso a las nuevas naciones que hoy configuran el mapa europeo y a un nuevo orden mundial que se inicia con los grandes descubrimientos geográficos.

 

¿Cuánto daño han hecho escritores como Dan Brown al concepto “auténtico” de novela histórica?

A mí me place ver a la gente leyendo El código Da Vinci en los trenes, metros y playas, pues estoy seguro de que luego leerá otros libros, pero esa novela no es novela histórica, sino mistérica; desgraciadamente, muchas obras que así se presentan no lo son y le hacen mucho daño al género, que se ha convertido en un boom cultural de gran magnitud.

 

¿Tal vez sea la inverosimilitud el principal problema de la novela histórica actual?

Así lo creo. Mis lectores saben que yo les puedo presentar una trama fantasiosa, recreada en una determinada época histórica, pero están firmemente persuadidos de que en lo concerniente a la historia, a los personajes, a la época y el pensamiento y vida cotidiana, es profunda y cuidadosamente veraz; por eso la aceptan y además les ayuda a comprender sus raíces y reflexionar sobre el pasado de su nación.

 

En este tipo de creaciones literarias, ¿dónde establecer la línea adecuada entre la realidad y la ficción?

Ahí reside el verdadero secreto de la novela histórica, en que el lector no perciba donde acaba una y empieza otra, pero que tenga la seguridad de que no lo estás engañando. Por ello el respeto a la Historia y una buena arqueología de fuentes argumentales es esencial en este género.

 

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