Tres suicidas con bombas atacaron a una ermita sufí en la ciudad oriental pakistaní de Lahore, causando la muerte de al menos 41 personas e hiriendo a más de 170. Este es el segundo gran ataque a esa ciudad en un mes.
En el momento del ataque había centenares de devotos visitando el templo del santo sufí persa Syed Ali Hajwairi, ubicado en el corazón de la ciudad.
Uno de los atacantes se inmoló en la puerta del recinto repleto mientras otros dos ataques ocurrieron en el sótano de la ermita, donde había personas haciendo abluciones para las oraciones.
Las fuerzas de seguridad se jactaron recientemente de que junio había sido el primer mes en dos años en que no se registraba un ataque suicida. Los funcionarios señalaron que eso era prueba de que las redes de militantes habían sido erradicadas.