El gobernador radical Miguel Saiz el próximo domingo promueve su reelección por cuatro años más en la patagónica provincia de Río Negro. Su contrincante, el peronista Miguel Pichetto, llama al cambio tras 24 años de hegemonía del partido gobernante. Sea cual fuese el resultado, ambos responden al gobierno nacional, uno por conveniencia y otro por militancia.
El domingo 20 será una nueva oportunidad para saber cual es el verdadero termómetro electoral que medirá la sensación social y pondrá en evidencia a las encuestas, que por esto días rondan en la provincia de Río Negro, y señalando pocas certezas sobre quien será el triunfador.
Los analistas estiman, según los sondeos, que son pocas las diferencias de uno sobre otro. En los últimos días, con el cierre de la campaña en distintas ciudades, el clima electoral fue de menor a mayor y ambos postulantes esgrimen campañas comparativas basadas en quien es el que está más cercano al presidente Néstor Kirchner.
Lo cierto es que la falta de debate, el actual gobernador no acepta el desafío del oponente, mantiene expectante sobre el rumbo que tomarán una cifra importante de indecisos que aparecen en las encuestas, quienes definirán quien será en nuevo gobernador.
El actual gobernador proviene de la Unión Cívica Radical, partido que ejerce el gobierno desde diciembre de 1983. Miguel Saiz es oriundo de General Roca ciudad de la que fue intendente en dos ocasiones. En su haber cuenta el haber sido uno de los gobernantes de la oposición que se enroló en la “Concertación” a nivel nacional que convocara el presidente argentino y de la cual participan además sus pares de las provincias de Mendoza, Catamarca y Santiago del Estero. Si bien esto se enrola dentro de las conveniencias políticas coyunturales, al gobernador en si no le suma beneficio efectivo, salvo que puede exhibir una salvo conductote de no intromisión del gobierno nacional para apoyar a su contrincante y de gozar una buena relación con las autoridades nacionales. Es difícil afirmar si realizó un mal o buen gobierno, hubo obras públicas, pero se esperaba mucha más realizaciones que sus antecesores, Horacio Massaccesi y Pablo Verani, quienes debieron enfrentar una economía adversa y aún así, planificaban y concretaban más acciones.
Por el otro lado el actual presidente del Bloque de senadores nacionales del Justicialismo, Miguel Pichetto, intentará quebrar la hegemonía radical de dos décadas y la buena relación de los gobernantes, con un peronismo unido desde lo institucional y con ambición de acceder al poder. Intentando a la vez sortear la alineación del denominado proyecto “K” que incluye a Saiz, lo que no es un desafío menor. Pichetto es un conocedor de la provincia y posee una buena imagen construida en su amplia trayectoria como intendente de Sierra Grande, legislador Provincial, Diputado Nacional y ahora senador. Su principal desafío será convertir a un partido, que a base de derrotas, sus dirigentes se preparaban para secundar a los radicales. Si lograra poner el signo ganador en su partido y aliados, podrá tener la posibilidad de alzarse con una victoria y revertir el pálido papel de un Justicialismo opositor que la misma sociedad catapultaba y en pocas ocasiones cumplían. Pichetto esto lo sabe y su promesa en promover un cambio social con una mejor distribución y mayor ejecutividad en las acciones de gobierno. Esta es su principal propuesta. Alimentada por una necesidad social de querer un cambio que oxigene las esferas de un nuevo gobierno.
El domingo 20 de mayo, más de 300.000 rionegrinos irán a las urnas para elegir a que hombre apoyarán y convertirán en nuevo gobernador. Río Negro es una provincia de las denominadas “Continente” dado que ha sabido desarrollar el turismo en sus valles, montañas, llanuras y costas marítimas. Posee zonas agro industriales muy importantes para la economía regional y nacional, y además es la cuarta provincia productora de hidrocarburos.
El domingo no sólo habrá ratificación o recambio de gobernador. Se elegirán legisladores provinciales y algunas comunas concejales. Lo cierto es que el presidente Kirchner, más allá del resultado, tendrá un aliado afín al gobierno y al futuro.
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