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El presidente no volverá a hablar de la política antiterrorista

Zapatero en Vitoria: "Con pistolas y con bombas no hay proceso"

· Desde las 20:00 horas, siga en directo el mitin de ZP en Santander por PSOE-TV
· Sobre las listas abertzales: "La Ley de Partidos se ha aplicado en sus justos términos"

martes 15 de mayo de 2007, 09:16h

Zapatero ha roto por fin su autoimpuesto silencio en política antiterrorista, y lo ha hecho en Vitoria para reafirmarse en su determinación: “Estoy dispuesto a darlo todo por la libertad y por la paz”. Ahora bien, con una advertencia clarísima: “No hay proceso de paz si la violencia no se deja atrás y se abandona. Con pistolas y con bombas no hay proceso de paz. Proceso de paz sólo hay con la palabra y con el diálogo”. Son frases que resumen su intervención en un acto sectorial con candidatos socialistas a los ayuntamientos y diputaciones vascos. Allí, en la antigua Azucarera, mientras los radicales de ANV se agolpaban en la calle para intentar ‘romperle’ el mitin, Zapatero ha reafirmado que va a “trabajar, aún con insultos, con descalificaciones y mentiras, por mi deber como presidente del Gobierno de que se acabe la violencia, de que llegue la paz en Euskadi”. Por cierto que la única referencia a las listas abertzales impugnadas fue su frase sobre que "La ley de partidos se ha cumplido en sus justos términos, no menos de lo que exige ni más de lo que establece".


Es la primera y, muy probablemente, la última vez que Rodríguez Zapatero va a afrontar la política antiterrorista en la campaña para las elecciones del 27 de mayo. Por eso, el acto sectorial de Vitoria, metido con calzador en la apretadísima agenda de la campaña presidencial -no irá ni a Bilbao ni a San Sebastián- era esperadísimo por ver qué respuesta daba el propio Zapatero a las continuas críticas del PP en materia antiterrorista. Zapatero, efectivamente, rompió su silencio autoimpuesto, pero lo que ha dicho en Vitoria probablemente no va a gustar ni a unos ni a otros.

A uno, el PP, porque Zapatero hizo ante un par de cientos de candidatos socialistas una comparación entre el éxito de Tony Blair en Irlanda y la realidad española. Profundas son las diferencias entre ambos procesos, pero una fundamental para Zapatero: Blair ha contado con el poyo incondicional de los conservadores británicos a su proyecto -ya realidad- de paz, mientras que el Gobierno socialista sólo se encuentra con la oposición radical del PP, que ha tomado la política antiterrorista -según él- para intentar desplazar al PSOE de la Moncloa. La segunda gran diferencia es que unos y otros en Irlanda han abandonado definitivamente la violencia, cosa que tampoco ocurre en España.

Así, el presidente ha reiterado ante este público incondicional en Vitoria los principios que mantienen aún hoy su política antiterrorista y que ya fueron desgranados en esta misma capital el pasado mes de febrero: “Primero, todo dentro del imperio de la ley y del Estado de Derecho; segundo, dialogo cuando se abandone la violencia, tercero, un gran acuerdo de convivencia en Euskadi, y cuarto, que hoy lo reitero con toda mi fortaleza, y es que tengo toda la determinación de trabajar, aún con insultos, con descalificaciones y mentiras, por mi deber como presidente de Gobierno de que se acabe la violencia, de que llegue la paz a Euskadi”.

Ni una vez ha nombrado a Rajoy, a Acebes o Zaplana por su propio nombre, pero todos estaban en el fondo de su discurso. Ni una vez ha nombrado a Batasuna, a ANV, a ASB o a tantas otras listas o agrupaciones radicales por sus siglas, pero eran los receptores de la parte más importante de su mensaje, el cual cabría resumir en que luchará, mientras sea presidente del Gobierno, por llevar adelante el proceso de paz, pero sin pistolas, sin bombas, sin extorsiones, sin violencia, sólo con la palabra y con el respeto a las normas democráticas.

Zapatero ha explicado que ha querido esperar a hablar de este tema en Euskadi “por respeto” a lo que son y hacen día a día aquí los militantes socialistas. “Habréis oído que hablo poco de la política antiterrorista, pero siempre he creído que la prudencia en política es fundamental. Siempre he hablado lo justo de violencia y de política antiterrorista. Cuando estaba en la oposición, hablaba poco y lo poco que hablaba era para apoyar al Gobierno de España, pensando en España y en la democracia, pensando en vuestra libertad, y lamento profundamente que los que ahora están en la oposición hablen mucho y no apoyen nada”.

La primera en la frente: el tirón grave de orejas a la oposición del PP, la queja tanto tiempo formulada de que él, Zapatero, no sólo tiene que luchar con los terroristas, sino con la falta de apoyo y hasta con los ataques políticos de la oposición democrática. Ahora bien, “si hay una política de Estado es la política antiterrorista”, en la que no caben errores, y una advertencia: “Los insultos, las descalificaciones no me impresionan, ni me afectan, sigo con mis firmes convicciones para trabajar y ver el fin de la violencia”.

Advertencia al PP, sí, pero también advertencia a los radicales, de los cuales un nutrido grupo liderado por Axier Arraiz se agolpaba en la puerta de la antigua Azucarera de Vitoria para intentar ‘reventar’ el acto: los que protestan -vino a decir Zapatero-, los que atacan e incendian sedes socialistas porque se les ha aplicado la ley de partidos, “quiero reiterarle que nada, nada, nada es posible en democracia con violencia, ni con respaldo a la violencia. Violencia y política son incompatibles; violencia y democracia son incompatibles”, y los que actúan como el corifeo que le esperaba en la puerta “tienen muy poca valentía, por no decir mucha cobardía”.

Un tercer mensaje, esta a los suyos, expectantes y extasiados ante el gran líder: que el camino socialista “es un camino recto”: “Así es como se aplican las leyes, por el camino recto, y resulta paradójico, por no decir irritante, ver que los mismo que están protestando porque no van en las listas porque no han hecho los deberes de condenar la violencia, la oposición política de nuestro país diga que hemos abierto la puerta a los terroristas”. Y ante estos militantes socialistas “valientes” que aguantan la presión a la que están sometidos, acaso en tenaza, en el País Vasco, les ha dicho que “las reglas del juego democrático se cumplan, que la violencia tenga fin”, pero eso exige paciencia. Y el PSOE ha ido por el camino “recto”, “dando la cara”, dejando compañeros por el camino, y reconociendo “a todas las víctimas; las lloramos, están en nuestra memoria, pero nunca las utilizaremos” políticamente, como parecen -sería el argumento- hacerlo otros.

Ahí, en ese punto, la invocación a Irlanda, que una ‘foto’ con la formación de un Gobierno con personas hasta ahora contrapuestas ha puesto fin después de muchos años a un proceso de paz. Con esa foto “se salía de una pesadilla histórica y los antagónicos eran capaces de sentarse juntos hasta formar un Gobierno”. Felicitaciones desde Vitoria a quienes han hecho posible ese acuerdo y muy en especial al prácticamente ex primer ministro Tony Blair.

Pero hay dos diferencias muy importantes entre Irlanda y Euskadi: Blair tuvo el apoyo de los conservadores británicos y la segunda “que no hay proceso si la violencia no se deja atrás y se abandona: con pistolas y con bombas no hay proceso de paz. Proceso de paz sólo hay con la palabra, el diálogo y dejando atrás la violencia”.

En ese ambiente, con es discurso, felicitaciones seguidamente al Partido Socialista de Euskadi, que ha presentado 198 candidaturas, más que nunca, y con 63 mujeres que encabezan esas listas. “Gracias por confiar en el Partido Socialista, por aceptar ir nuestras listas, por tener la serenidad ante las amenazas y el aguante ante los insultos”, les ha dicho a los candidatos ahí reunidos, porque le dan a él, como líder de los socialistas y presidente del Gobierno, “una fuerza que me da toda la determinación para expresaros el convencimiento de que es posible, de que merece la pena, de que podremos entre todos respirar la paz y dejar atrás la violencia, la extorsión”.

Previamente, el secretario general de los socialistas vasco, Patxi López, había intervenido para afirmar que, pese a las presiones e insultos, “estamos más unidos que nunca y somos más fuertes que nunca”, deseando que “la sociedad vasca hable” y mande a la oposición a quienes se han creído que las instituciones son suyas, a los que han hecho de la mentira su discurso político. Es decir, que la sociedad vasca “ponga a cada uno en su sitio”.

López dijo que los allí se habían reunido eran candidatos por los que vale la pena luchar, “aunque nos ataquen y nos insulten”. Los llamó “herederos de Indalecio Prieto, de Ramón Rubial” y de los que “hoy no están con nosotros, unos porque se quedaron en el camino, otros porque los mataron”.

Un mensaje directo a Zapatero: “Cuentas con todo nuestro apoyo para seguir ganando la paz y la libertad para este país, para luchar contra los que nos persiguen, contra los que nos amenazan, contra los que quieren reventar nuestros actos. Eres un ejemplo de valentía y de coraje” para “rebatir a los mentirosos que repiten sin rubor que nos hemos rendido, que hemos traicionado a la víctimas, porque mienten y saben que mienten. Cuentas con nuestro apoyo para hacer la Euskadi de la paz y de la libertad, de la convivencia, la que respeta ideas e identidades”.

Y un último mensaje de Patxi López a Mariano Rajoy, también sin citarle: “Los socialistas estamos haciendo una campaña limpia, pedagógica”, ni con gritos, ni mentiras, hablando de los problemas de la gente, “nuestro proyecto no es excluyente, como el de Ibarretxe, ni está crispado, como el del PP, que lo que quiere, José Luis, es sacarte de la Moncloa”. En definitiva, que los socialistas vascos van “juntos para hacer en Euskadi lo que tú has sabido hacer en España”.

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