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EEUU evalúa el daño causado por la filtración de documentos de guerra en Afganistán

martes 27 de julio de 2010, 02:21h

El Gobierno de EE.UU., alarmado por la filtración de cerca de 91.000 documentos militares sobre la guerra en Afganistán que fueron divulgados por la organización "Wikileaks", trata ahora de determinar el daño exacto que ha causado la publicación de ese material.

Los citados informes militares revelan operaciones encubiertas, muertes de civiles de las que nunca se informó públicamente y denuncian la ayuda de los servicios secretos paquistaníes al movimiento talibán.

"Wikileaks", una organización que se dedica a denunciar en internet malas prácticas, publicó el domingo por la noche en su página en internet la mayor parte de los documentos, bajo el título "Diario de la Guerra Afgana".

Estos documentos abarcan desde enero de 2004 hasta 2010, según indica la organización.

Además se ha reservado otros 15.000 a petición de su fuente, aunque, asegura, los publicará posteriormente tras ocultar datos que puedan ser perjudiciales.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que los documentos, informes de campo redactados por soldados sobre el terreno, "no contienen grandes nuevas revelaciones" pero sí detallan "nombres, operaciones, personal".

"Si eso se ve comprometido, tiene un efecto comprometedor en nuestra seguridad", destacó Gibbs, quien indicó que el presidente de EE.UU., Barack Obama, considera "alarmante" la filtración.

Aunque en sí estas revelaciones no aportan grandes novedades -el papel del ISI, los servicios secretos paquistaníes, en el nacimiento del movimiento talibán está bien documentado desde hace años- sí alimentan la polémica sobre una guerra cada vez más impopular.

La filtración llega cuando EE.UU. acaba de relevar a Stanley McChrystal como comandante en Afganistán y ha nombrado en su lugar al general David Petraeus, y cuando intenta contrarrestar el empuje talibán de tal modo que pueda cumplir el objetivo anunciado por Obama de comenzar la retirada de las tropas estadounidenses en julio de 2011.

Obama anunció en diciembre pasado una nueva estrategia que incluye el refuerzo de más de 30.000 soldados en esa guerra.

La publicación de los documentos coincide también con el anuncio por parte de los talibanes de que tiene prisionero a un soldado estadounidense.

Gibbs afirmó que EE.UU. ha logrado progresos en sus lazos con Pakistán y las presiones de Washington han "mejorado esta relación" y logrado que Islamabad esté más dispuesto a tomar medidas contra los refugios de los insurgentes en su territorio; no obstante, admitió que la situación dista aún mucho de ser perfecta.

"Sabemos que la situación actual es inaceptable y tenemos que seguir haciendo que esta relación avance en la buena dirección", destacó el portavoz.

Tras la publicación de los documentos el domingo, la Casa Blanca emitió de inmediato una condena tajante.

En un comunicado, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, el general James Jones, indicó que las filtraciones "ponen en peligro las vidas de los estadounidenses y de nuestros socios".

En el Pentágono, los analistas examinan los documentos para tratar de determinar cuál es el daño preciso que puede haber causado la filtración.

El coronel Dave Lapan, portavoz del Departamento de Defensa, indicó que se intenta determinar "el daño potencial para las vidas de nuestros soldados y los socios de nuestra coalición", algo que requerirá "días, o incluso semanas".

El portavoz rechazó comentar el contenido de los documentos, al indicar que el hecho de que se hayan publicado en Internet no quiere decir que no sigan clasificados.

Antes de publicar los documentos en su página, "Wikileaks" se los cedió a los diarios The Guardian, del Reino Unido, y The New York Times, estadounidense, así como al semanario Der Spiegel, de Alemania.

El Pentágono investiga de dónde pudo proceder la filtración y ha indicado que el responsable puede ser cualquier persona con acceso a documentación clasificada como secreta.

La filtración de estos documentos, que revelan muertes de civiles en Afganistán que no han salido a la luz, coincide con una denuncia hecha hoy por el presidente afgano, Hamid Karzai, quien aseguró que unos 50 civiles fallecieron hace tres días en un ataque con cohetes de la OTAN.

En su comunicado de denuncia, Karzai aprovechó para aludir a estos informes clasificados y sugerir que respaldan la teoría del Gobierno afgano de que "el centro del terrorismo no está en las aldeas afganas sino al otro lado de la frontera", en Pakistán.

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