La inseguridad nuestra de cada día

No es suficiente que los ciudadanos tratemos de darnos nuestra propia seguridad, ya sea colocando alarmas en los vehículos, dispositivos anti balas en los vidrios, localizadores satelitales, etc. lo mismo en nuestros hogares, ya no son lugares seguros, colocamos alarmas, cercas eléctricas, guardianes, perros amaestrados y otros artilugios electrónicos. Tampoco son seguros los bancos, almacenes, locales comerciales, restaurantes; amén de las calles, todos los ciudadanos nos encontramos indefensos y con la sicosis permanente porque en cualquier momento corremos el riesgo de ser asaltados y quién sabe heridos o asesinados.

Los asesinatos por encargo a manos de sicarios se ha vuelto noticia cotidiana; la ciudadanía clama al gobierno que tome medidas que garanticen al menos una seguridad ciudadana relativa; estamos llegando a límites intolerables jamás vistos en nuestro país; de todo esto da cuenta el informe aterrador presentado por Philip Alston, relator de las Naciones Unidas; informe descarnado y crudo que en sus recomendaciones hace hincapié en la impunidad y el sicariato; sólo el Fiscal General minimiza el informe y lo que es más, lo descalifica; mientras que en otros casos, que conviene, le da la mayor importancia y es sumamente ágil.

La Policía es la piedra de toque de este entuerto; la misión fundamental de esta importante institución de acuerdo a la Constitución es: “…atender la seguridad ciudadana y el orden público, y proteger el libre ejercicio de los derechos y la seguridad de las personas dentro del territorio nacional”. Desgraciadamente la Policía está obligada a ejecutar un sinnúmero de misiones que le resulta imposible cumplir con la fundamental. Tenemos Policía de Tránsito, judicial, de Migración, de Turismo, Ambiental y varios grupos especiales. Además da seguridad a las autoridades de todos los niveles y sus familiares, a las embajadas,  al Banco de Fomento, etc. Se hace necesario hacer un estudio serio y realizar los cambios estructurales que se requieran en nuestra Policía.

Para variar, el mismísimo Presidente Correa se siente inseguro y crea una unidad especial, el Servicio de Protección Presidencial, se ve que para el mandatario la inseguridad no es una percepción.