El ex presidente Manuel Zelaya obtuvo en Buenos Aires un espaldarazo del Foro de Sao Paulo, que reclamó la restitución del hondureño al Gobierno de su país al iniciar su XVI encuentro con la participación de dirigentes de izquierda de 33 países de Latinoamérica y el Caribe.
"El foro rechaza el golpe (que derrocó al ex jefe de Estado), rechaza el Gobierno (de Porfirio Lobo) elegido en una situación de ilegitimidad, y reconoce a Zelaya", sostuvo el dirigente del oficialista Partido de los Trabajadores (PT) de Brasil Walter Pomar, en calidad de moderador de la reunión que comenzó este martes en la capital argentina con la asistencia del ex mandatario.
Ante Zelaya, dirigentes de varios de países de la región sumaron su apoyo al derrocado presidente hondureño y llamaron a "tejer un plan para hacer frente a la ofensiva de Estados Unidos", que "apoyó las elecciones ilegítimas" de Honduras, advirtieron.
"Nuestro país sufre las inclemencias del ascenso al poder de una oligarquía criminal", aseguró Zelaya, quien consideró, además, que Brasil le "salvó la vida" cuando fue albergado en la embajada de ese país en Tegucigalpa tras su derrocamiento por un golpe militar en junio de 2009.
El ex mandatario, quien reside exiliado en República Dominicana, también acusó a EE.UU. de haber apoyado las elecciones "fraudulentas" que llevaron a Lobo al poder en noviembre pasado y a las que "sólo asistió el 30 por ciento" del electorado.
Denunció, asimismo, la existencia en su país "de represión, tortura y muerte" con "una lógica de terrorismo de Estado para que el pueblo no pueda organizarse" y advirtió sobre el "daño" que generaron en la región "el modelo neoliberal y el Consenso de Washington".
Recordó también entre risas que en el acto de asunción de Michelle Bachelet como presidenta de Chile en 2006 se acercó al mandatario venezolano, Hugo Chávez, para pedirle cooperación frente a un "boicot" que afrontaba de compañías asentadas en Honduras.
"Chávez me dijo: 'mi amistad te va a traer problemas con los gringos y probablemente lo saquen del Gobierno", recordó.
Zelaya insistió, además, en que el Foro de Sao Paulo "es una bella oportunidad para discutir la realidad de América Latina" y reiteró que su país "tiene un simbolismo muy importante para analizar" la situación regional.
También el conflicto entre Colombia y Venezuela y la gestión de la Unión de las Naciones Suramericanas (Unasur) para descomprimir la situación tendrán sus capítulos durante la reunión del Foro que se extenderá hasta el próximo viernes con la aprobación de un documento final.
Según el documento base que debaten los asistentes al encuentro, el conflicto entre Bogotá y Caracas responde "al interés" de los sectores colombianos "más reaccionarios" en el contexto de la "disputa reñida" entre fuerzas populares y la derecha por "los rumbos" de América Latina.
"El foro es la gran usina de ideas que busca la integración latinoamericana. El desafío es consolidar lo hecho y atender la luz de alarma con lo que pasó en Chile y en Panamá, donde avanzó el neoconservadurismo", señaló a Efe el senador uruguayo del oficialista Frente Amplio Carlos Baráibar.
De hecho, el documento base insta a recuperar el "espacio perdido" debido a una "contraofensiva" de la derecha que ha dado frutos en Colombia, Chile, Panamá y Honduras, mientras que en otras naciones como Bolivia, Ecuador y Uruguay se han logrado "victorias importantes" de la izquierda.
Para el dirigente del Partido Comunista argentino Jorge Kreyness, uno de los coordinadores de la reunión, también será "importante debatir la crisis internacional en los grandes centros como Europa y Estados Unidos, y la repercusión en Latinoamérica y el Caribe".
"El cataclismo financiero que arrancó en Estados Unidos y se propagó rápidamente al resto del mundo no es una mera crisis financiera, sino una crisis del sistema capitalista", pero que "no fue tan aguda en América Latina", señala el documento base del Foro de Sao Paulo, que aglutina a las fuerzas de izquierda.
Bajo el tema general "Colonialismo en nuestra América, análisis, perspectivas y solidaridad", el encuentro tendrá como objetivo "ampliar la unidad de los partidos progresistas, populares y de izquierda, profundizar los cambios, derrotar la contraofensiva de la derecha y consolidar la integración regional", según los organizadores
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