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Félix Fuentes

EN LA LÍNEA

EN LA LÍNEA

sábado 19 de mayo de 2007, 02:23h

 

 

 

 

 EN LA LÍNEA

 

Por Félix Fuentes

 

EL NARCO  PARALIZA INDUSTRIAS Y ELEVA DESEMPLEO

 

Son gotas de plomo derretido que caen sobre el régimen panista. En los tres primeros meses de este año, el crecimiento industrial fue de raquítico 0.6% y en el mismo lapso se perdieron 200 mil empleos. Así arranca Felipe Calderón, quien en campaña se proclamó “presidente del empleo”.

 

Es obligada la parálisis en una nación donde estallan balaceras a toda hora y causan horror las cabezas humanas que ruedan, incluso frente a cuarteles militares.  ¿Quién quiere hacer negocios o traer su dinero a un lugar donde las ejecuciones oscilan de 7 a 8 diarias y la cadena de secuestros es interminable?

 

Sin estrategia previa, el calderonismo lanzó a las fuerzas armadas en pos de “capos” del narcotráfico, sin calcular la  respuesta de  matanzas  jamás vistas en México.

 

La tropa merece respeto por ser guardián de las instituciones, pero más del 80% de sus integrantes no estudió la primaria y es ilógico convertirla en cuerpo policiaco. Tampoco quienes pasaron por el Colegio Militar tienen experiencia de agentes investigadores. Lo hemos dicho decenas de veces: Ni el mejor ejército del mundo, como sería el de Estados Unidos, es involucrado en la persecución de hampones.

 

Los resultados son irrefutables. Las fuerzas armadas han sufrido más bajas que el hampa. El primer golpe de fuerza  a la delincuencia, en este sexenio, fue asestado por la policía estatal de Sonora, la cual ultimó el miércoles pasado a 15 de 40 sicarios y éstos mataron a cuatro elementos policíacos, dejando agónicos a dos más. También abatieron a dos civiles.

 

Fue otro día de pánico. Con los muertos de Sonora se registró un total de 27 atribuidos al crimen organizado, pero según el subsecretario de Gobernación, Abraham González, el país no se encuentra en “estado crítico”. ¿Espera que la cuota sea en promedio diario de 50, como en Iraq?

 

El mismo funcionario afirmó que sin las fuerzas armadas “no se hubiera detectado” a agentes corruptos. Entonces ignora que  los cuerpos policíacos están penetrados en su mayoría, o todos por el narco, lo cual es de dominio público.

 

Transcurridas dos semanas, la PGR no ha detenido a los asesinos de cinco militares en Carácuaro, Michoacán. Menos se espera nada de la policía estatal de Michoacán, cuyo gobernador –Lázaro Cárdenas Batel- se la pasa en el jolgorio, diciendo que únicamente los soldados pueden reinstalar el orden. Mentiroso.

 

Tantos militares muertos demeritan la autoridad del Ejército, que de ninguna manera debió ser enviado a una guerra, sin enemigo visible.

 

Para colmo, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos señala a los soldados de cometer 52 atrocidades en Michoacán, entre  allanamientos de morada y la violación a una mujer. Eso también debió calcularse. ¿Qué se espera de quienes andan en las sierras, bajo el temor de ser baleados y sin ver a  sus esposas durante semanas o meses?

 

Según Felipe Calderón, él no puede hacer solo ese trabajo y los ciudadanos debemos participar. ¿Pero quien es el primer valiente, dispuesto a ser perforado por balas de narcos?.

 

Ante ese panorama no debe extrañar el estancamiento industrial y el incremento del desempleo. Todo está concatenado.

 

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