Diada festiva y reivindicativa, sin incidentes, pero con el pueblo alejado de los políticos en la ofrenda floral

Catalunya celebró este sábado la Diada Nacional del 11 de Setembre en un tono festivo, con un tiempo soleado que invita a salir a la calle, y también con concentraciones de tono reivindicativo. Estas últimas, convocadas por grupos independentistas y radicales, se han celebrado con presencia policial en las inmediaciones, sin que se produjeran incidentes.

La tradicional ofrenda floral ante el monumento de Rafael Casanova se ha visto rodeada de estrictas medidas de seguridad al haberse vetado el acceso del público en general hasta que ha acabado el desfile de los diversos grupos políticos y de las autoridades. Esta decisión del gobierno catalán en aras a impedir los insultos y abucheos de años anteriores, no han evitado que se produjeran gritos desde la distancia y además se ha granjeado la protesta de los ciudadanos curiosos que querían asistir en directo a la ofrenda.

El Partido Popular no ha asistido este año,como tampoco Ciutadans, que ha hecho su celebración frente al monumento a Josep Tarradellas.

Insultos a Montilla, aplausos a UDC

Unió Democràtica se ha convertido en el único partido con representación en el Parlament que ha recibido aplausos, aunque mezclados con algunos silbidos. El resto de partidos han recibido un alud de abucheos e insultos.  

Los políticos más abucheados han vuelto a ser el presidente de la Generalitat, José Montilla, y el conseller de Interior, Joan Saura. Ambos han sido fuertemente increpados a su llegada con insultos y peticiones de dimisión.

Las delegaciones del tripartito han sido acusados de "vendidos, españolistas y botiflers". Los miembros de ERC, encabezados por Joan Puigcercós, han sido tildados de "cobardes" por acercarse al monumento de Casanovas emboscados detrás de una asociación cultural.

CDC, encabezado por Mas y que prácticamente no llevaba distinciones del partido -llevaba decenas de banderas catalanas-, tampoco se ha librado de los abucheos y en contraposición a Unió no han recibido un solo aplauso.

Al margen de los políticos, los aplausos más entregados han sido para el Barça, encabezados por el presidente, Sandro Rosell, el entrenador, Josep Guardiola, y el capitán del equipo, Carles Puyol. Guardiola se ha ido del acto abrumado por los gritos de "eres el único que vale" y "president, president".

Òmnium Cultural y los representantes pro selecciones catalanas han sido también bien recibidos, así como el resto de entidades culturales y deportivas.

UGT y CCOO, que llevaban pancartas animando a ir a la huelga general, han tenido un recibimiento frío entre algunos silbidos y la indiferencia general.

Políticos en una burbuja

Los ciudadanos que han acudido al acto han mostrado su enfado por la decisión de los organizadores de alejarlos cien metros del monumento de Casanovas, al grito de "somos el pueblo, nosotros votamos".

La distancia ha hecho que los abucheos se produjeran en el momento de la llegada y no durante la ofrenda. Con todo, la afluencia de ciudadanos ha sido menor este año que en anteriores y la mayoría de personas que han increpado a los políticos eran jóvenes y ancianos.

Los asistentes, que han gritado "independencia, independencia" y "somos una nación, nosotros decidimos", tan solo portaban dos senyeras y ninguna pancarta pro soberanista.

Los carteles versaban sobre la prohibición de los toros, la custodia compartida de los hijos en caso de divorcio, la derogación de la ley contra la violencia de género y el rechazo a la corrupción política.

A mediodía se ha celebrado un acto institucional en el Parc de la Ciutadella, con presencia del gobierno, líderes políticos y la ministra de Defensa, Carme Chacón. La fiesta ha consistido en el izado de la senyera y en diversas actuaciones musicales antes de dar paso al himno Els Segadors.