Éxito de Paulino Rivero en la capital del Estado

El hall y los salones del hotel Ritz, a muy tempranera hora de la mañana, presentaban este miércoles el aspecto de las grandes ocasiones. Personalidades de la política, la economía, la empresa y los negocios se habían reunido en número inusual, para seguir la intervención del presidente de Coalición Canaria (CC) y del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, en ese centro neurálgico de la vida política y social de la capital que es el elitista y prestigioso FORUM EUROPA. Había asistencia de lujo y muy plural de los mundos político, empresarial, cultural y periodístico de Madrid, y fue muy comentada la ausencia de dirigentes del PP, más llamativa por encontrarse actualmente el PP en coalición con CC en el Gobierno de Canarias. No faltó en cambio el hombre fuerte del Gobierno y del PSOE, el ministro de Fomento, José Blanco, quien conversó largo y tendido con su compañera de mesa, la muy popular en Madrid diputada de CC, Ana Oramas, e hizo claras demostraciones de alta consideración y afecto al presidente de Canarias, quien fue presentado por ese gran periodista de lujo y excepcional escritor, canario de completo éxito en los ambientes políticos, sociales e informativos de la capital, que es Juan Cruz.

Para sorpresa de los asistentes, el presidente Rivero no dio lectura, como es habitual en los ponentes, a su exposición inicial, sino que la pronunció de memoria y viva voz, demostrando que no es por casualidad el amplio prestigio personal que ha conseguido en el Parlamento. Y en el posterior coloquio no eludió pregunta alguna de las muchas que le fueron formuladas, consolidando la imagen de político sólido, moderado, seguro de sí mismo y siempre abierto al diálogo que ha sabido ganarse en los círculos políticos y periodísticos de la capital. La llamativa ausencia de dirigentes del PP y la nutrida presencia de dirigentes del PSOE hicieron que el tema más comentado en las mesas y luego en los corrillos a la salida del acto fuera la posibilidad de un horizonte de “cambio de alianzas” a corto plazo del Archipiélago, tema sobre el que de ninguna manera quiso pronunciarse, como es natural, el propio presidente Rivero, aunque cada vez son más, en Canarias, los que ven posible un diálogo serio hacia el acuerdo entre CC y PSOE, que por otra parte no sería la primera vez.

Al término del acto eran generales los elogios al tono serio y el contenido riguroso, siempre moderado pero también claro y nada evasivo de las cuestiones delicadas, del presidente canario, político que se tiene ganado Madrid desde la seriedad, calidad y rigor con que supo presidir aquel encargo diabólico que fue la Comisión del 11-M. No hay duda de que el mundo político, financiero, empresarial y periodístico de Madrid ve en Paulino Rivero un político fiable, sereno, firme pero conciliador, que cree en las virtudes del diálogo, el compromiso y el consenso, y sobre todo, que tiene grandes ideas y grandes proyectos para el futuro de Canarias, proyectos que entiende no como una abstracción política, sino como actuaciones con amplitud de horizontes, concordadas y eficaces para la calidad de vida de los canarios. No es fácil, ni mucho menos, desde la periferia, ganarse serios niveles de consideración y respeto en el mundillo político y financiero de la capital, y con toda evidencia, Paulino Rivero lo ha conseguido.

La percepción ayer, en los corrillos que siempre se forman a la salida del acto, es que habíamos visto a un político serio, fiable y de largo recorrido, un hombre que no mendiga nada en Madrid porque se siente seguro de las posibilidades de su propio territorio, un hombre que no amenaza ni advierte sino que tiende la mano para el diálogo y la colaboración en proyectos comunes que puedan ser útiles para todos y desde luego, en primer lugar, para la calidad de vida de los canarios. Me lo decía, a la salida del acto, uno de los más poderosos empresarios de España: “Este Rivero está a la altura de los mejores políticos de Cataluña o del País Vasco. Es todo un descubrimiento”. Nada menos. Por supuesto que Paulino Rivero no tenía que ganarse Madrid, ciudad que tiene sobradamente conquistada desde que demostró sus niveles de seriedad, capacidad, diálogo y consenso en el ámbito del Congreso de los Diputados. Pero es preciso reconocer que, en ese difícil Foro matinal del hotel Ritz, por el que desfilan todos los políticos relevantes del país, dejó muy alto el pabellón de Canarias. Tiene, todo hay que decirlo, ideologías al margen, alguna importante semejanza con el titular de Fomento, José Blanco, y es, primero, para disgusto de los detractores de ambos y de los que gustan de hacer herida de cuestiones académicas formales, ese extraordinario sentido común que es, en advertencia de los clásicos, el menos común de los sentidos, y en segundo lugar, pero aún más importante, fiabilidad.