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El reloj de la historia: Defensa, una política y la reacción

El reloj de la historia: Defensa, una política y la reacción

sábado 02 de octubre de 2010, 16:57h
Las dos caras de una política de defensa se pusieron de manifiesto. Una la que ejecutó el gobierno a través de las conversaciones y acuerdos sostenidos entre el viceministro de Defensa Italia y la representación argentina de los secretarios Alfredo Forti y Oscar Cuattromo. Italia aportará elementos.
Italia, una potencia en desarrollo tecnológico de Defensa, brindará colaboración a partir de acuerdos con sus fábricas productoras de elementos para la Defensa en diversos planos.

Tanto en materia de aviones como de otros productos militares, un amplio programa de colaboración se abrió luego de una etapa de desarrollo de negociaciones quien fijó las bases de acción para una cooperación que se extenderá al plano regional con Brasil y Chile en el marco de la UNASUR.
Esta política estratégica de producción nacional y regional asociando a la Argentina con diversos proveedores internacionales refuerza la autonomía nacional y zonal

Frente a este desarrollo, la mayoría opositora en el Senado de la Nación logró aprobar un proyecto de Servicio Civil Voluntario para jóvenes entre 14 y 24 años que constituye una acción tan improvisada como fuera de las funciones que competen a las Fuerzas Armadas. Es decir, que bajo el bajo concepto de “jóvenes en situación de riesgo” se construya un emprendimiento que incluiría acciones de formación en oficios.

Este proyecto suena como la contraparte adecuada a la otra iniciativa opositora situada en la Cámara Baja por la que se pretende nada menos que el restablecimiento del servicio militar obligatorio.

En realidad, las dos iniciativas tiene una común perspectiva: la de imponer una concepción verticalista del orden en la sociedad y del disciplinamiento militarizado de los jòvenes.

En realidad, la sociedad y el gobierno tienen los instrumentos de la escuela, de las terapias psicológicas y psiquiátricas adecuadas y de las acciones de desarrollo social.

Estos son los campos que la prevención en el campo juvenil debe incluir.
La defensa nacional tiene una función muy clara: la de ocuparse de responder a eventuales agresiones externas estatales militares, para enfrentar las cuales necesita profesionales y dedicados claramente a sus tareas específicas.

La experiencia de los soldados voluntarios que se engancha en las tres fuerzas por un período que va desde los 18 años a los 28 años, ha sido y es plenamente satisfactoria para conformar una fuerza con entrenamiento adecuado y capacidad profesional.

Esos jóvenes luego pasan a ser, en algunos casos sub-oficiales y en la mayor parte de los casos vuelven a la vida civil dotados de herramientas laborales.

El jugar frívolamente con convocatorias al orden y pretender convertir a las fuerzas armadas en un reformatorio carece de toda simpatía en el área de la Defensa.

Es solo un juego demagógico el que moviliza a opositores sin ideas frente a los cambios producidos en la Defensa.

Hasta el autor del proyecto de restablecimiento del servicio militar obligatorio propone aplicar en su proyecto un artículo del Código de Justicia Militar, olvidando nada menos que el Congreso de la Nación lo derogó prácticamente por unanimidad suplantándolo por un nuevo sistema que da plenas garantías a todos los integrantes de las Fuerzas.

En realidad, estas acciones no pueden sino vincularse a las manifestaciones ultras que, con un acampe en lugares públicos pretenden interrumpir los juicios contra los genocidas de la dictadura.

El reloj de la historia atrasa para ellos, pero no para la sociedad

Por Jorge Bernetti
Director de Comunicación Social del Ministerio de Defensa
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