El máximo mandatario catalán insiste en la estrategia de negar la mayor a un nuevo tripartito
Elecciones de 2006. A los cuatro diputados que le sacaba la CiU de Pujol al PSC en los comicios de 2003, ahora se sumaban siete más de Mas, por cierto. Aun así, el PSC se hizo con las riendas del Gobierno catalán por segunda vez gracias a esa ERC a la cual ahora rechaza porque resulta que es independentista y los socialistas catalanes (aunque, también es verdad, tal vez no sean los únicos) no habían caído en la cuenta. Al margen de que si éste es el obstáculo para volver a formar Gobierno con ellos -en realidad, será, presumiblemente, la suma de escaños- no debieran preocuparse lo más mínimo, a tenor de la actitud concreta de los republicanos, más allá de la palabrería. Pero lo cierto es que cabría preguntarle a Montilla de dónde ha sacado su aseveración sobre los deseos del pueblo de Cataluña en el sentido que, según dice "no quiere que gobierne Artur Mas" cuando, según las encuestas, no tan sólo se da esta circunstancia sino que los resultados pueden ser verdaderamente escandalosos a favor del presidente de CiU.
"Del dicho al hecho, hay mucho trecho", y es así como el presidente de la Generalitat, José Montilla, ha afirmado que no repetiría la fórmula tripartita "ni sumando la mayoría absoluta de las tres formaciones" por las propuestas que presentan sus socios de gobierno y las discrepancias políticas que mantienen. En declaraciones a Onda Cero, Montilla también ha negado una posible coalición con CiU porque "es muy difícil que dos formaciones mayoritarias en el país, no complementarias, lleguen a un acuerdo". "Esto sólo pasa en un país donde hay una situación de excepcionalidad", ha añadido.
El presidente de la Generalitat confía en que los catalanes "quieren un gobierno de izquierdas y no quieren que gobierne Artur Mas". Con estas palabras, el de Iznájar vuelve a jugar con la estrategia que le favorece: la de primar el eje político de izquierda-derecha sobre el del modelo de nación, que es el que, en realidad, importa a los catalanes.
Como es lógico dado el perfil de votante que buscan los socialistas en Cataluña, ha recordado que ni el concierto económico ni la independencia están dentro del programa del PSC, y ha instado a los convergentes a desvelar con quién pactarán. También se ha preguntado si CiU "será capaz de pactar con el PP", después de recurrir el Estatut.
Montilla ha reconocido que alguna vez socialistas y convergentes han hecho "acuerdos puntuales" y se ha mostrado abierto a pactar con las formaciones mayoritarias "los grandes temas del país", pero no a gobernar con CiU.
Preguntado sobre la posibilidad de comprar bonos de la Generalitat, Montilla ha explicado que hará pública su decisión más adelante porque no quiere que se le acuse "de hacer propaganda o de no confiar en la situación económica" del Govern. Tal vez, tampoco compre, como ya han dicho que no harán su jefe de campaña, Jaume Collboni, ni el líder de ERC, Joan Puigcercós. En su caso, sería más grave, claro.
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