Tomás Gómez y las tutelas federales

No dejaron pasar muchas horas para poner sobre la mesa el nombre del alcalde de Parla, Tomás Gómez -el más votado de España- como aspirante a sustituir a Rafael Simancas al frente de la Secretaría General del PSM, formación en plena crisis por la derrota electoral y desorientada por las numerosas y contradictorias afirmaciones realizadas por sus dirigentes en las horas posteriores al triunfo aplastante del PP. Cuando parecía que los anuncios de José Blanco -el mismo día de la constitución de la Comisión Gestora del PSM, presidida por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, y con la presencia destacada del ex delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Constantino Méndez- dejaban entrever que la Ejecutiva Federal del PSOE iba a tutelar los destinos del socialismo madrileño hasta la elección de una nueva dirección regional, la rueda de prensa de Gómez, bien arropado  por personalidades de renombre como Pedro Sabando, Juan Barranco, alcaldes del sur y diputados autonómicos de esta formación, sorprendió a propios y extraños.

No a los que llevaban preparando esa puesta en escena, en comandita con el propio José Luis Rodríguez Zapatero, según algunos que consideran que eso de que todo va a ser teledirigido desde Ferraz (sede central del PSOE) es tanto como decir que los socialistas madrileños son menores de edad. Cuando alguien se postula siempre es porque alguna persona o colectivo le aupa  para que saque la cabeza. Que el alcalde de Parla, que no tenía claro lo de adelantar su nombre cuando todavía la Gestora no había  señalado fechas ni establecido reglas del juego, ponga las cartas sobre la mesa para jugar la partida de la renovación del PSM no es ni bueno ni malo, sino todo lo contrario. Dependerá de él  que los pasos que tiene que recorrer hasta ser coronado primer secretario regional del PSOE sean guiados por la independencia o por la tutela de sus mayores dirigidos por Zapatero y Blanco, quien en ocasiones aparece virtualmente con guiones distintos a los del su máximo jefe. Dicen muchos que Gómez es un gran candidato y que puede convertirse en la nueva esperanza blanca del PSM.

También adelantan que habrá más de uno y más de dos que, en el momento oportuno, saldrán a la palestra para intentar jugar un buen papel en el citado congreso o sencillamente para presionar antes de retirarse con el objetivo de pillar cacho en la futura Ejecutiva Regional. Los acostistas reflexionan antes de hacer y  los seguidores de Antonio Carmona hacen lo mismo que muchos: amagar en privado y callarse en público. También suenan como aspirantes el guerrista José Cepeda o el renovador Manuel García Hierro, pero los tiros de los que quieren tutelar apuntan a personas sin familia política concreta, por eso los que más entienden de esto señalan como posibles tapados,  huérfanos de padre y madre política,  a un sindicalista de UGT y a un alto cargo del departamento de Narbona. Lo más probable es que el que primero tiró la piedra, enseñando la mano, sea el elegido para hacer del PSM una cosa distinta al personalismo de Simancas y a la guerra de tendencias que seguirá vigente hasta que Tomás Gómez diga basta y se atreva a presentar un proyecto ilusionante que recoja las ansias de participación democrática de sus afilados y los deseos de sus votantes de que el PSM deje de ser una jaula de grillos.