La ultraderecha amenaza con irrumpir con fuerza en el Parlament de Cataluña este 12-M. A la presencia de Vox se le puede sumar otra fuerza de extrema derecha, en este caso independentista: Aliança Catalana. Una formación cuyo discurso alimenta el odio a la inmigración.
"¿Quién es el único partido que se compromete a proclamar la independencia unilateral y construir fronteras en Cataluña?: Aliança Catalana", aseguraba el pasado 2 de mayo su líder, la alcaldesa de Ripoll y candidata a la presidencia de la Generalitat, Silvia Orriols.
Mientras el cabeza de lista de la formación por Barcelona, Lluis Arenys, se preguntaba ese día "por qué necesitamos mano de obra extranjera": "Nos estamos diluyendo y si no hacemos nada, nos extinguiremos", afirmó en rueda de prensa.
Palabras que se han podido escuchar en boca de representantes de Vox e incluso de Junts. Pero Aliança Catalana va más allá y ha vinculado la inmigración ilegal con la delincuencia, como hizo la propia Ripoll desde Vic este martes. "Vienen a traficar, a okupar ilegalmente y a vivir de subsidios", aseguró abiertamente.
Y tampoco duda en mostrar su islamofobia al decir que "los velos islámicos se han apoderado de las calles", como han dejado claro en varios tuits de la formación.
Consiguieron la alcaldía de Ripoll en las últimas municipales y ahora tienen opciones de entrar en el Parlament. Algunas encuestas les sitúan con hasta 4 escaños que podrían ser fundamentales para que una formación independentista presida la Generalitat.
Cordón sanitario a la ultraderecha
No obstante, todas las formaciones que concurren a las elecciones del 12 de mayo -a excepción de PP y Vox- han firmado un manifiesto en el que prometen no pactar con la extrema derecha, lo que hace imposible este escenario.
Un acuerdo que han firmado esta mañana por el que se comprometen a no aceptar "ni por acción ni por omisión, los votos de ninguna formación de extrema derecha para conformar una eventual mayoría de investidura ni, por supuesto, de gobierno", dice el texto.
El pacto, impulsado por la plataforma Unitat contra el feixisme i el racisme, ha sido apoyado por representantes del PSC, ERC, Junts, la CUP y Comunes, y compromete a los partidos firmantes a mantener a los grupos políticos liderados por Vox y Aliança Catalana al margen de cualquier negociación, tanto de investidura como de gobierno.
No obstante, no impediría que, aún sin negociación, el partido de Orriols llegase a apoyar una investidura de Carles Puigdemont, a quien, como dijo la líder de Aliança en 'La Razón' el martes, estarían dispuestos a dar "una segunda oportunidad".
El escrito establece "los acuerdos necesarios para impedir la presencia de la extrema derecha en la Mesa del Parlamento, las mesas de las comisiones, en la coordinación de los intergrupos y en la relatoria de los grupos de trabajo. Así como evitar que la presentación de ponencias colegiadas recaiga sobre cualquier diputado o diputada de formaciones de extrema derecha". Tratando de extender a Aliança Catalana el veto que ya sufre Vox en la Cámara Catalana.
Del mismo modo, los partidos han insistido en buscar "los acuerdos necesarios para evitar, siempre que sea posible, la presencia de las formaciones de extrema derecha en los nombramientos que el conjunto institucional de la Generalitat (el Parlamento de Cataluña, el Gobierno, e instituciones como Sindicatura de Greuges, Consejo de Garantías Estatutarias, Sindicatura de Cuentas, Consejo Audiovisual…) tiene potestad estatutaria, legislativa y/o ejecutiva por realizar. Esto incluye la representación del Parlamento en los foros que correspondan y, específicamente, las y los senadores de designación territorial".
Por último, añaden "no normalizaremos ni legitimaremos la acción política de formaciones de extrema derecha. Por eso, no suscribiremos ninguna iniciativa parlamentaria conjunta con estas formaciones y evitaremos que prosperen sus iniciativas". Así, el objetivo será, "limitar la capacidad de la extrema derecha de abusar de los espacios democráticos para fomentar el odio y minar la propia democracia".
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