Los mejores directores de la actualidad: Clint Eastwood

Al Clint Eastwood director se le ha definido regularmente como el último clásico, a pesar de comenzar a dirigir al mismo tiempo que los ‘moteros tranquilos, toros salvajes’ de los que habló Peter Biskind (los Coppola, Scorsese, Spielberg...) su manera de rodar bebe de la de los grandes maestros de los 40 y los 50, colosos como John Ford o John Huston, situándose más como un continuador de aquellos que como un rompedor/innovador. Eso significa que Eastwood sabe donde colocar la cámara en el sitio exacto en cada plano de su película. Claro que los dos directores a los que más debe son los que le convirtieron en el icono por excelencia de la virilidad masculina, Sergio Leone y Don Siegel. El primero le mudó en “el hombre sin nombre”, ese que con un poncho roído y pocas palabras le transformó en una estrella internacional gracias a la trilogía del dólar, “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”. El segundo le vistió el traje de Harry el sucio, el que, además de llevarlo en otras siete ocasiones, también le marcó con la etiqueta de ‘fascista recalcitrante’. Una evidente miopía de cierto sector de la prensa que se sustentó en datos tan concluyentes como el hecho de que Eastwood fuese votante del partido republicano... A pesar de que su carrera como director comenzó en 1971 con “Escalofrío en la noche”, Eastwood ya había hecho sus pinitos tras la cámara cuando Siegel se puso enfermo durante el rodaje de “Harry el sucio”. Si bien entre sus primeras películas no encontramos obras redondas sí que se pueden ver muchos elementos de interés. Entre todas ellas destaca el western “El fuera de la ley”, donde su Josey Wales guarda bastante parecido con Harry Callahan. ¿Eres tú John Wayne? Esto nos lleva a otro de las cosas que se achacan a Eastwood, sólo sabe interpretar un papel. Puede que haya algo de cierto en ello, pero evidentemente ese tipo de papel le sale perfecto. Tampoco veríamos a John Wayne haciendo una comedia romántica, pero nadie hace de John Wayne como John Wayne. Lo que sí que parece claro es que su carrera como director ha superado a su carrera como actor, fue a finales de los 80 con la excelente “Bird”, la biografía del legendario saxofonista Charlie Parker, cuando se pudo ver que Eastwood había alcanzado el grado de maestro tras la cámara. Los años 90 trajeron tres de las mejores películas de su filmografía, “Sin perdón”, “Un mundo perfecto” y “Los puentes de Madison”, un melodrama que le emparejó con Meryl Streep y descolocó a los seguidores de la testosterona. Y es que su carrera como director se ha demostrado mucho más variada que la de actor. Eso sí, todas sus películas, ya sean un western, un thriller, un 'biopic' o un melodrama, llevan fuertemente su sello, ese aire de clasicismo y algún personaje carcomido por fantasmas del pasado, ya se llame William Munny o Walt Kowalski, que podrían ser la versión crepuscular de aquellos lejanos hombre sin nombre y Harry Callahan. Ese aire crepuscular ha hecho que el cine de Eastwood vaya ganando con los años y que en la última década haya entregado cuatro grandísimas películas como Mystic River, Million dollar baby, Cartas desde Iwo Jima y Gran Torino, la película con la que, con Walt Kowalski, ha terminado supuestamente su carrera como actor. Sus dos últimas películas no han igualado anteriores cotas pero tampoco se encuentran entre lo peor de una filmografía que también tiene manchas como “Firefox” o “El principiante”. Con más de 80 años todavía podemos esperar mucho de un director que ya está metido en dos nuevos proyectos, una biografía del creador del FBI, J. Edgar Hoover con Leonardo Di Caprio y un ‘remake’ de “Ha nacido una estrella” con Beyoncé. Puede que no suene bien pero si ‘Blondie’ está detrás de la cámara todo puede pasar. Vea también: 'Más allá de la vida': Eastwood nos ahoga en lágrimas ‘Invictus’: La mirada de Eastwood sobre Nelson Mandela