Esta guerra, todas las guerras
martes 19 de abril de 2011, 15:20h
Pidieron permiso al Parlamento para una misión humanitaria en Libia de un mes de duración, pero era una guerra y ya se ha solicitado ampliar dos meses más esta “misión de paz”. Y será otra vez insuficiente. Se trataba de proteger a los civiles libios del acoso y exterminio provocado por el dictador Gadafi, pero hoy por hoy hay miles de muertos y decenas de miles de heridos, muchos de ellos civiles y la situación no es mejor que antes, sino peor, en un país bombardeado, enfrentado y dividido. Decían que no se trataba de echar al genocida Gadafi del poder, pero hoy, apenas unas semanas después, todos los que dirigen la guerra contra Gadafi, ya se han enterado de que no hay salida si no se echa a Gadafi. Y no se quiere ir. Ahora Gadafi “ha perdido toda legitimidad” según Obama, Sarkozy y Cameron.¿Ahora? ¿No sabían ellos y todos los cerebros de las potencias occidentales hace dos meses que es imposible que un dictador se convierta a la causa de la libertad y la democracia? ¿Pensaban que se iba a ir voluntariamente?
Esta guerra, porque es una guerra como todas las guerras, también como la de Irak o la de Afganistán, como otras guerras que se podrían estar produciendo por las mismas razones en África pero que los poderosos ni se plantean emprender, terminará mal. Con las bendiciones de la OTAN y de la ONU o sin ellas, pero una guerra con todas las consecuencias, carente de liderazgo y de transparencia. Esta guerra, como todas las guerras, es un fracaso colectivo y encierra una enorme carga de hipocresía. El amigo de ayer es el enemigo hoy. Los intereses económicos o de otro tipo “justifican” lo que no es justificable. Los que vendieron armas ayer a Libia o a otros países –cumpliendo la legalidad- critican a los que las han vendido después- también cumpliendo la legalidad-. Quitan o dan el carné de dictador en función de intereses económicos. Los que se manifestaban contra la guerra de Irak están de vacaciones laicas de Semana Santa. Silencio sepulcral. El fin justifica los medios. La ideología justifica cualquier cosa. Todo menos esos miles de muertos y heridos inocentes. La actuación de las fuerzas de la OTAN no está sirviendo para proteger al pueblo ni para dar una salida inmediata a la crisis libia. ¿A qué juegan? ¿A qué jugamos todos?
francisco.muro@planalfa.es