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Y la lluvia ahondó la crisis

sábado 23 de abril de 2011, 10:30h
No hay que darle más vueltas. Cuando las cosas vienen mal, vienen mal. Y punto. Ajo y agua. Si a Pepe Griñán no le sale nada en esta frustrada legislatura, a los que sufrimos y padecemos su Gobierno nos está pasando casi lo mismo. No estamos teniendo suerte, ¡qué le vamos a hacer! Ya lo han visto. Mucho llanto de nazarenos y de costaleros, mucha pesadumbre en los cabildos de las hermandades, mucha decepción entre todos los cofrades y entre los miles de visitantes por no poder ver los pasos en las calles, pero lo peor de estos días de intensas lluvias en Semana Santa en toda Andalucía, desde el Jueves al Domingo, no ha sido esa decepción. Al fin y al cabo, un año pasa pronto y hay muchas semanas santas por delante para contemplar a la Macarena, al Gran Poder o al Cachorro en la calle. Lo peor ha sido el coste que estas lluvias primaverales han provocado en la ya de por sí depauperada economía andaluza y, más concretamente, en la sevillana. Reservas de hoteles anuladas a última hora, cancelaciones de alquileres, viajes suspendidos, bares y restaurantes, otros años repletos y con colas de espera, completamente vacíos, tiendas y comercios huérfanos de clientes...Contemplar casi solitarias las calles de Sevilla el Jueves Santo, la Madrugá y el Viernes Santo, cuando lo habitual es que esos días las bullas no permitieran dar un paso, resulta bastante deprimente. Una depresión que se suma a la que sufre esta Andalucía de los ERE falsos y del más de un millón de parados Si en 2010, el Ayuntamiento de Sevilla cifró en 240 millones de euros el impacto económico de la Semana Santa en la capital de Andalucía, este año la cifra puede haberse reducido prácticamente a la mitad por culpa del tiempo. Ya veremos si la Feria, que comienza en sólo una semana, resarce algo el desastre económico provocado por las inclemencias meteorológicas. Lo dudo. Mientras la afluencia de visitantes foráneos en Semana Santa es generalizada tanto del resto de España como de otros países, en la Feria las vacaciones no son tan universales y la posible llegada masiva de visitantes solo se producirá, de hacerlo, en el fin de semana final del 8 de mayo. Se trata, por lo tanto, de un  gasto interno, endógeno, dentro de un entorno económico en el que la crisis ha hecho mella y que este año se va a ver reducido por la falta de liquidez y las penurias financieras y monetarias de buena parte de los sevillanos que siguen con trabajo y que puede que, en escaso tiempo, no lo tengan. Así, que dispendios en fiestas, manzanilla, rebujito y jamón, los precisos. Para colmo, este lunes vuelve la realidad a toda España y se retomará con más fuerza si cabe el zafio debate político previo a las próximas elecciones del 22 de mayo. Queda un mes para la cita con las urnas, y los partidos se aprestan a afilar sus cuchillos para el navajeo electoral de la campaña. Ya verán como no tardan en salir a la luz nuevos casos de corrupcíon, reales o ficticios, (como si no hubiera ya pocos) que minen las esperanzas electorales de los dos principales partidos en las capitales clave. Ya verán como surgen los trapos sucios, el "y tú más" y los "dossieres" secretos de algunos líderes o cabezas de lista. Y mientras todos asistimos a ese espectáculo de derroche, desmadre y novorriquismo en que se convierte una campaña electoral, la economía española seguirá con el agua al cuello y casi cinco millones de españoles (más de un millón de ellos en Andalucía) continuarán pendientes de que sus políticos hagan algo para que no se siga destruyendo empleo. A todos nos valdría la pena reflexionar, antes de que comience la campaña, sobre el voto que introduzcamos en las urnas dentro de un mes. Que cada cual sea consciente de que nos jugamos una importante baza a corto plazo, para el próximo futuro de cuatro años. Es verdad que los ayuntamientos y las diputaciones no son los principales creadores de empleo, que ni Zoido ni Espadas van a solucionarnos la papeleta, pero sí son el poder más cercano al ciudadano y, el 22 de mayo, las elecciones municipales van a ser un test crucial para la continuidad o no de Zapatero y de Griñán. Que cada cual asuma sus riesgos y su responsabilidad para estar preparados para la verdadera, y esta vez sí que decisiva, cita con las urnas en las generales y andaluzas de marzo del 2012.
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