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Continúa internado

Hija de Pinochet dice recuperación de su padre es 'casi un milagro'

Hija de Pinochet dice recuperación de su padre es "casi un milagro"

lunes 04 de diciembre de 2006, 21:24h
El último informe médico señaló hoy que Augusto Pinochet, de 91 años, sigue en estado crítico y con riesgo vital, pero al mismo tiempo indicó que su evolución "ha sido satisfactoria" y que los parámetros clínicos "se han ido normalizando". Partidarios y detractores se enfrentaron a golpes en las afueras del hospital donde Pinochet permanece internado.

Santiago (EFE).- Lucía Pinochet Hiriart, la hija mayor del ex dictador chileno Augusto Pinochet, consideró hoy "casi un milagro" la recuperación que muestra su padre tras haber sufrido el domingo un infarto al miocardio y un edema pulmonar.

"Yo creo mucho en la oración y en Dios, es casi un milagro", dijo Lucía Pinochet a los periodistas, aunque admitió que "todavía hay riesgo".

El último informe médico señaló hoy que Pinochet, de 91 años, sigue en estado crítico y con riesgo vital, pero al mismo tiempo indicó que su evolución "ha sido satisfactoria" y que los parámetros clínicos "se han ido normalizando".

Lucía Pinochet agradeció a Dios la evolución que ha mostrado su padre y también "a las personas que quedaron aquí, en vigilia, rezando", en alusión a la gente que permaneció toda la noche frente al hospital, donde levantaron un altar y rezaron el rosario.

En su opinión, "la fe y el rezo" han sido determinantes para la evolución del militar. "Estamos más tranquilos, siempre tuve fe en que íbamos a salir adelante", dijo.

Mientras tanto, grupos de partidarios y contrarios a Augusto Pinochet se enfrentaron hoy a golpes en las cercanías del hospital militar donde el ex gobernante chileno está internado.

El incidente ocurrió a unos cien metros del hospital frente a la Catedral Castrense, donde se ofició una misa por la salud de Pinochet. Hasta el lugar llegaron alrededor de 50 integrantes de las Juventudes de los partidos Socialista y Comunista, que portaban pancartas y gritaban consignas contra Pinochet, lo que hizo reaccionar a sus partidarios, que respondieron con insultos y lanzándoles monedas.

Ambos grupos pronto se enzarzaron en una pelea a golpes, puntapiés y escupitajos, además de insultos, hasta que intervino la policía y los separó.

La pelea terminó sin participantes detenidos.

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