www.diariocritico.com

Opinión: Paco Luis Murillo

¿Después de ETA, que?

¿Después de ETA, que?

lunes 02 de mayo de 2011, 00:49h
La falta de generosidad en la política española es alarmante. A los ciudadanos de este país nos trae sin cuidado si el final de ETA se produce con un Gobierno del PSOE, o con otro del PP; lo que queremos es que esto acabe: cuanto antes, y de la mejor manera posible. La experiencia de estos años y el sentido común nos dicen que no habrá final del terrorismo sin un gran pacto, para empezar a dos bandas; ampliable, a continuación, hasta allá donde se  pueda. Afortunadamente para todos,  ese pacto fue  posible donde era más urgente, en el propio País Vasco.  Aunque a algunos les pese, el Gobierno vasco de coalición entre socialistas y populares ha visualizado, dentro y fuera de Euskadi, que la política de confrontación  permanente con el Estado no es la única posible, que caben otras formas de hacer país, lejos de los furores de identidad que tanto dolor han provocado.   El fin de ETA está cercano. A lo que ahora asistimos - que no es poco, ni banal - es a la delicada y problemática escenificación de su final; un final que no puede tener, en modo alguno, concesiones políticas. ETA se acaba, y si lo hace,  no es sólo por la presión policial (que también), no es sólo por la colaboración internacional (muy especialmente de Francia, que por fin valoró que se jugaba mucho en este envite), o por la unión de los no nacionalistas en torno a un Gobierno vasco de nuevo cuño; ETA desiste principalmente (conviene saberlo), porque su apoyo social se  ha ido debilitando  de forma irreversible y progresiva en los últimos años, porque miles de jóvenes vascos han renunciado a incorporarse a la cantera,  porque lentamente se ha ido abriendo paso en ese mundo la  idea de que la ansiada independencia  no llegará jamás por esa vía. Este ha sido el mensaje de sus bases, aunque intenten maquillarlo. El terrorismo, sea vasco, checheno, o islamista,  tiene hoy mala prensa en el mundo. Muy mala prensa. Peor que nunca.  Y es este hecho, este hecho fundamental, el que arroja a ETA fuera del escenario, y el que acabará provocando su desaparición en el sumidero de la Historia.    Pero seamos claros, el sueño independentista del nacionalismo vasco no va a desaparecer con el fin de las siglas ETA. El nacionalismo vasco democrático (es decir, el PNV) intentará con todos los recursos a su alcance que el desmoronamiento de ETA no arrastre tras de sí al nacionalismo en su conjunto. Estamos pues ante  un  nuevo tablero político, en el que las cosas comienzan a moverse con rapidez, acuciados todos por el ciclo electoral que se avecina. En este escenario, sólo quisiera apuntar un par de cosas, exigencias si se quiere: que se diga la verdad sobre las conversaciones que se están manteniendo (una vez más la necesidad democrática e irrenunciable de conocer la verdad), y que se tengan claros los límites de la negociación. El nacionalismo vasco tiene todo el derecho a proclamar su voluntad independentista; a proclamarla, no a imponerla. 
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios