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Y ahora, el Constitucional

Y ahora, el Constitucional

lunes 02 de mayo de 2011, 00:55h
Ha sido una dura, durísima confrontación jurídica vivida en la Sala del 61 del Tribunal Supremo. Pero la decisión está ahí: nueve magistrados frente a seis sostienen que la coalición Bildu está dirigida por ETA y por Batasuna y ha anulado todas las candidaturas con las que pretendía presentarse a los comicios del 22 de mayo. Prueba de que la decisión del Supremo de aceptar los planteamientos de la Abogacía y de la Fiscalía del Estado ha estado muy dividida es que la sentencia contará con seis votos particulares. Puede decirse también que a favor de la presencia de Bildu en las elecciones han votado los mismos magistrados que se opusieron a la no inscripción de Sortu –el ‘plan A’ de Batasuna- en el Registro de Partidos Políticos del Ministerio del Interior, Y, finalmente, añadir que el magistrado que podía constituir la novedad respecto de la sesión del pasado 24 de marzo sobre Sortu, Xavier O'Callagham, ha votado con la mayoría; es decir, en contra de la presencia de abertzales de izquierda en las listas municipales y autonómicas (esto último, en el caso de Navarra). Ha hablado el Tribunal Supremo, sí, pero ahora viene el inevitable recurso de EA y Alternatiba –las dos fuerzas políticas que componen Bildu, junto con los ‘independientes’ de la izquierda abertzale- ante el Tribunal Constitucional, el cual - recordemos- suele enmendar la plana en demasiadas ocasiones al Supremo. ¿Y qué hará ahora el Alto Tribunal con una sentencia tan dividida como la que le va a llegar en las próximas horas? Ésa es la gran incógnita, y quedan aún días de pasión política y jurídica antes del inicio de campaña. Nos consta que el Gobierno –todo hay que decirlo- no tenía la completa seguridad de que los recursos de la Abogacía y de la Fiscalía prosperasen en el Supremo. ¿Se confirmarán ahora sus temores en el Constitucional? En todo caso, se abren unas interesantísimas interrogantes en todo este asunto. Por un lado, ¿qué hará sobre todo Eusko Alkartasuna, con sus listas prohibidas, si así lo mantiene el Constitucional? La formación que creó Carlos Garaicoetxea hace veinticinco años a través de una escisión del PNV ha estado en todos los fregados políticos e incluso ha formado gobierno con PNV y Ezker Batua. ¿Es justo que quede ahora fuera del proceso político? Cierto es que desde el Ejecutivo central se les avisó por activa y por pasiva. Pero, ¿es bueno para la política y para la normalización en Euskadi que EA desaparezca de la vida municipal vasca? Y más allá de EA, la gran incógnita es qué hará la propia Batasuna si el Constitucional mantiene la sentencia del Supremo. Con la decisión adoptada este domingo, la izquierda abertzale ha visto frenados sus tres planes para estar en los ayuntamientos: el ‘plan A’, de Sortu, un partido propio y no legalizado; el ‘plan B’ de Bildu, una coalición con dos fuerzas absolutamente legales como son EA y Alternatiba, y el ‘plan C’, donde parece que sólo se dejará pasar a algunas de las candidaturas más limpias presentadas bajo ese eufemismo fantasmagórico que son las ‘agrupaciones electorales’. Pero, una vez frenados esos planes, ¿qué ocurrirá con el entorno más duro de Batasuna? Los que quieren la ruptura con la violencia, ¿podrán contener a esos más duros que siguen pensando en olor de pólvora? Desde luego, estamos en un punto de inflexión histórica. Si los que apuestan por la ruptura con las pistolas y por hacer política en democracia consiguen imponer, o siquiera mantener, sus tesis pacifistas y pacificadoras frente a los duros parecerá que efectivamente hemos encontrado el camino de la paz. Si todo era una pantomima, en poco tiempo se verá que los estatutos con los que se presentó Sortu eran más falsos que los euros de madera. En todo caso, estamos adelantando acontecimientos, porque el Tribunal Constitucional aún no ha hablado, y cuando lo haga puede que no guste a muchos. O tal vez sí.
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