Las viñetas de Bagaría pueden verse desde este martes en la Fundación Mapfre

'En la manifestación', 'El dictador se enfada', 'Los amos', 'San Periodista' son títulos de algunas tintas chinas de esta exposición, que recorre aquella España con documentos de prensa de las décadas de los 20 y los 30, y fotografías, para subrayar el paralelismo entre las caricaturas y la historia de los años que precedieron a la Guerra Civil.

"Mirando estos dibujos pienso en un cuadrilátero -España-, donde se disputa un combate y se advierten tensiones y contradicciones a lo largo de su geografía", explicó hoy Eduardo Arroyo al presentar la exposición en la que él mismo se incluye con su mirada de artista para rendir homenaje a Bagaría, del que se declara "gran admirador".

El pintor y gran amante del boxeo reflexiona sobre un dibujo que había comprado en el que el caricaturista expresa su crítica a ese deporte y muestra a dos combatientes golpeados, entre sangre que gotea, moratones y tristeza en los rostros invadidos de dolor.

"Bagaría ha creado una historia de España que es la suya, la nacida de su tensión con la realidad y de su pensamiento propio, pero que es también la nuestra, la historia de todos", afirmó Arroyo, al que acompañaron en la presentación los comisarios Antonio Elorza y Luis Miguel García Mora.

El director del Instituto Cultural de la Fundación Mapfre, Pablo Jiménez Burillo, anunció la nueva línea que se plantea para las producciones futuras de invitar a un artista a que reflexione desde fuera sobre el conjunto expuesto.

Los dibujos, que estarán expuestos hasta el 2 de septiembre, son una selección de los 479 originales de Bagaría que la Fundación Mapfre ha adquirido y ahora da a conocer, permitiendo apreciar como los personajes políticos del momento se metamorfosean en un delirante bestiario que alcanzó una enorme popularidad entre los círculos intelectuales de su tiempo: Ortega, Valle Inclán o García Lorca, por citar unos pocos.

Un dibujante lúcido
Luis Bagaría (Barcelona, 1882 - La Habana, 1940) fue excepcional porque sin ser hombre de letras, tuvo la lucidez ante la realidad de su tiempo y desde su actitud bohemia y de borrachín desafió a la censura y hasta a la propia viñeta, subrayaron los comisarios. Creó su propio estilo, renovó el género de la caricatura y su obra permite apreciar la importancia y alcance de la ilustración gráfica en esas primeras décadas del siglo.

Formado en la Barcelona de finales del siglo XIX, en el ambiente que rechazaba los valores de la Restauración, desde sus primeras caricaturas defendió con firmeza sus ideas y durante los 14 años que colaboró con "El Sol" -periódico fundado por Nicolás María de Urgoiti, quien supo rodearse de personas muy diferentes-, encarnó mejor que nadie el impulso crítico de ese periódico.

En las viñetas de Bagaría aparecen asuntos como el pacifismo o el antimilitarismo, la superioridad del orden natural sobre el civilizado, la crítica al nacionalismo o la denuncia de la injusticia. Bagaría se nutría de informaciones de sus contemporáneos, de las tertulias literarias de los cafés y de los espacios de ocio cultural de la época, llegaba al periódico y se ponía a dibujar, y él mismo escribía las leyendas que llenaban de sentido crítico sus caricaturas.

Leyendas mordaces que a veces indicaba el periódico y contra las que arremetía la censura que él sufrió hasta el punto de quedar sometido, en 1920, a un consejo de guerra. Durante la crisis de la Restauración y la dictadura de Primo de Rivera, Bagaría habla de la crisis internacional, del caciquismo, de los problemas económicos del país, del desplome político, de la guerra de África, del desastre de Annual, de sus consecuencias, o del desencanto de los intelectuales a través de la caricatura de sus principales protagonistas.