El otro lado de los políticos

A los políticos se les debería caer la cara de vergüenza por la camapaña que han protagonizado. Una campaña larga, costosa, sin mensajes, prescindible, aburrida, atípica...Tanto que los de la calle les han robado las portadas de los medios a Herrera y López horas antes de la cita electoral. La prensa ha prestado una atención acrítica a toda la campaña. Dicho esto, la campaña electoral nos ha dado perlas y perlas. Las mil y una entrevistas que han contestado los políticos (todas las que no han realizado durante la legislatura) a los medios de comunicación nos han aportado algunas claves e informaciones del lado más humano (que lo tienen) de estos personajes. Juan Vicente Herrera, por ejemplo. Una persona a quien le asusta y aburre Madrid. Un privilegiado que no tiene problemas desde el punto de vista económico y que, a veces, es feliz ejerciendo su soledad. Al contrario que Alfonso Fernández Mañueco, que es más familiar y su mujer, Fina, le da fortaleza y estabilidad. "Cuando lo pasas mal me levata el ánimo y cuando voy muy crecido me da un baño de humildad". Óscar López se define como un bambi de la oposición y es feliz. Fuma y tiene los problemas propios de su edad y condición. Ha querido vender su piso de Madrid y vernirse a vivir a Valladolid, pero no encontró comprador. Los políticos son -según ellos- muy normales. Van al fútbol (Mañueco es un obseso), leen, van de vinos y hacen sus pinitos en la cocina. Herrera, por ejemplo, está enchufado con el programa de Arguiñano porque con él cocinar es fácil. Fernández Mañueco es el "rey de la sartén". También le gusta hacer lentejas, "pero las niñas prefieren mis macarrones". Rosa Valdeón no es muy buena cocinera. "Puedo ofrecer mejor conversación que comida". Óscar López... cuando alguien dice que le gustaría hacer más en las tareas cotidianas de la casa, malo. No hace nada. Nos enteramos de lo que gana el socialista vallisoletano Óscar Puente. Menos -en palabras de León de la Riva- de lo que ganaría si fuera alcalde. Lo cierto es que lo "luce" bien, al menos en cuestión de vestimenta. No tan aburrida como de la que ha hecho gala el popular Herrera toda la campaña (americana azul, camisa, pantalón gris. Descorbatado), ni tan rompedora como la de la última jornada de López, que se calzó unos pantalones rosa chicle en sus ya de por si largas "patas". Con lo denostado que fue en las generales el jersey rosa chicle que lució Aznar en su mitin de León...