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La sombra de Fujimori

La sombra de Fujimori

martes 14 de junio de 2011, 18:49h
La victoria de Ollanta Humala en el Perú, para algunos una sorpresa de última hora, si se tiene en cuenta la pequeña ventaja, pero ventaja al fin y al cabo, que mantenía Keiko Fujimori, abre una serie de interrogantes y un periodo de incertidumbre política en el futuro de aquel país. En los últimos días, en la prensa internacional se ha venido especulado mucho sobre las posibles causas de la derrota de la hija de Fujimori y del ascenso en las encuestas durante la semana final de la campaña electoral del antes candidato y hoy nuevo Presidente. Para algunos, la denuncia a última hora, de la campaña de esterilización aplicada bajo engaño por el gobierno de Alberto Fujimori a más de doscientas cincuenta mil mujeres indígenas, fue la causante, pues dejó a Keiko desarmada de argumentos, y sin atinar a dar una respuesta contundente y sobre todo convincente, que la alejara en el recuerdo y la memoria de la gente, de su padre y de ese atroz suceso. Para otros, lo fue el haberse rodeado en los últimos días de apariciones públicas, no de los voceros tradicionales del fujimorismo que la habían venido acompañando hasta ahora, sino de políticos de centro que la convirtieron, de golpe, para un sector de la población, en la candidata de la clase alta, quitándole de paso el apoyo de los sectores populares que habían venido respaldándola por su padre. Hay quienes creen, sinembargo, que fue más bien un dejo de dignidad del pueblo peruano, el que sobrepuso la fuerza de la moral al fujimorismo y, sobre todo, al miedo a un Humala comunista o chavista que le puede quitar a la gente lo poquito que tiene. Para quienes piensan así, es preferible un salto al vacío con un Humala que aún no sabemos para dónde va, que un salto seguro, a una cloaca con Fujimori. El refrán aquel de "más vale lo malo por conocido que lo bueno por conocer", parce que no tiene mucha aceptación entre el electorado peruano. Pero entre el temor al pasado con un Fujimori resucitado por su hija, o miedo al futuro por un Humala que ahora dice no ser el radical de izquierda ligado al chavismo de hace cinco años, la encrucijada de antes de las elecciones, de los peruanos se mantiene, más allá de si es Lula, el expresidente de Brasil, quien lo conduce de la mano hacia el socialismo moderno o de si es Chávez quien realmente lo financia para su proyecto latinoamericano. Lo cierto del caso es que los antecedentes de Humala militar, golpista, y en principio nacionalista y populista, quien ha asegurado que protegerá la propiedad privada y los derechos civiles, lo asemejan mucho a Chávez cuando llegó a la presidencia de Venezuela hace doce años. Sus declaraciones recientes al saberse ganador de los comicios peruanos, haciendo un llamado a un gobierno de unidad nacional con la participación de los mejores, parecen un cliché de las de aquel. Falta por ver si también llamará a una constituyente en los próximos meses. Por ahora, al igual que lo hizo Chávez en su momento, parece haber convencido no solo al electorado, sino igualmente a algunos intelectuales peruanos, incluso de la derecha, entre los que se encuentra el premio Nobel Mario Vargas Llosa. Lo curiosos de todo, es como el pueblo peruano tratando de evitar en las urnas otro gobierno autoritario y personalista, como al final resultó el de Alberto Fujimori, ha decidido su voto, en esa encrucijada perversa, por un candidato que ojalá nos equivoquemos, puede terminar siendo otro Fujimori; pero esta vez uno de izquierda. Y es que en esta materia, lamentablemente, las posiciones y las ideologías no guardan diferencias. Después de las elecciones, la sombra de Fujimori aún se cierne sobre el Perú. [email protected]
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