"Añoranza" de Rubalcaba y respeto institucional a Zapatero

De la sesión de control del gobierno que este miércoles se desarrolló en el Congreso de los Diputados han podido quedar “para la historia”, dos aspectos relevantes: de un lado, la huella que sigue dejando tras su paso por el banco azul el ya candidato socialista a la presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba. Fueron repetidas las menciones que, desde la Oposición, se le hicieron al ya exministro trasladado a la zona de diputados “llanos, sin relieve”, aunque no quiere decir sin futuro. Sobre todo, a cuenta del Caso Faisán, Rubalcaba fue muy mencionado... En particular, la portavoz del PP, Soraya Sáenz de Santamaría parecía echarle de manos en su “cara a cara” de cada miércoles. Como en su día le ocurrió a Fernández de la Vega, Santamaría parece que termina simpatizando, a su manera, con su adversario de turno, y que “los echa de menos” cuando se le van de las manos...  Santamaría pretendió, desde el momento en que Rubalcaba ascendió a la condición de vicepresidente y número dos del Gobierno, su descalificación total, y a ser posible, su “extinción” definitiva de la política. En su última intervención, Santamaría insistió en ese mismo trato: entiende que Rubalcaba reúne abundantísimos datos expresivos de su ”radical y reconocida maldad” que lo inhabilitan para todo futuro en la política..., y acaso en la vida civil. O acaso sucede que empieza a contemplar a Rubalcaba como enemigo demasiado peligroso para que siga a su aire, y sin cadenas en las manos y en los pies...  La misma senda de Santamaría, defender que el caso Faisán debiera impedir la candidatura de Rubalcaba,  la sigue este jueves algún medio informativo, como La Gaceta, que, a cuenta de las acusaciones que ahora exhibe el juez Ruz de la Audiencia Nacional contra la cúpula policial por causa del Caso Faisán.,  reclama también la inhabilitación  como candidato del PSOE de Rubalcaba. “Por dignidad, dimisión”, reclama el diario. También está “en línea” el editorial de El Mundo  que reclama, al mismo tiempo, la retirada de Rubalcaba y la dimisión de Antonio Camacho. Argumenta  el diario de Pedro J. que Rubalcaba resulta un auténtico baldón para el PSOE...   Y en un tercer periódico, La Razón se glosan los argumentos de Santamaría para reclamar responsabilidades políticas a Rubalcaba... La lástima es que, por  no constituir ya parte del Gobierno, Rubalcaba no tiene derecho de réplica a lo que de él dicen Santamaría o algunos otros de sus compañeros de grupo popular. Nos perdemos la mitad del espectáculo de cada miércoles... En cuanto a Rajoy, hace una parecida persecución “ad hominem”, contra el hombre, contra quien todavía es su adversario, desde la cabecera del banco azul, y aunque ya haya anunciado que no repetirá su candidatura a seguir en la Moncloa. Pero es seguro que Rajoy  también preferiría ver desaparecido a su adversario de ocho años, de manera fulminante, y que parece entender que le está privando de habitar, y acaso disfrutar, del palacete de la Moncloa. Rajoy ve a Zapatero como “presidente en funciones”, y al frente de un “gobierno provisional y desacreditado”. Esta vez, Rajoy logró que Zapatero saltara dialécticamente, y visiblemente enojado, sobre su rival, y le reclamara el debido respeto institucional. Ni presidente en funciones, ni Gobierno provisional y desacreditado. Cumple estrictamente los cuatro años de mandato para los que fue elegido, reclama Zapatero, y nadie tiene atribuciones para reclamarle que cese antes de lo que le corresponde. El discurso oficial no se ha modificado, y consiste en agotar la legislatura. El nuevo ministro portavoz, José Blanco, en su acto de toma de posesión, ha querido dejar claro que “quedan muchos días para las elecciones” y que el Gobierno trabaja con la perspectiva de marzo. El propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, había respondido la víspera: “Ya saben lo que pienso”: o sea, agotará la legislatura, siempre que cuente con los apoyos parlamentarios suficientes. Y en todo caso, la decisión la va a marcar la situación financiera. Zapatero ya ha aclarado que no convocará los comicios mientras no se superen las convulsiones financieras, porque España no puede permitirse paralizar la gestión con unas elecciones. Pero, mientras sea jefe del Gobierno, Zapatero reclama, con todo derecho, el debido respeto institucional que le corresponde, y que ni siquiera el jefe de la Oposición, -por mucho que las encuestas reiteren que pudiera ser presidente cuando se produzcan las correspondientes elecciones-,   puede eludir con evidente deprecio, y por más que recientemente explicara que tenía un notable respeto personal a su contrincante de tantos debates... Es evidente que al PP se le hacen eternos estos meses últimos de la legislatura, y previos a las elecciones que, suponen, les conducirán, sin lugar a dudas, al banco azul y al palacete de la Moncloa. Una cosa son las  previsiones y las apuestas,y otra cosa distinta es l realidad del Boletín Oficial del Estado. Mientras tanto, Zapatero, Rubalcaba, y hasta González Sinde, siguen proclamando que ganarán las elecciones siguientes, y que el PSOE seguirá en el poder, por mucho que sus adversarios den ya por extinguida su virtualidad antes de que haya concluido el tiempo institucional...