Nueva imagen, nuevos retos y nueva ilusión

Vivimos tiempos de cambio, tiempos convulsos en los que el futuro se encuentra preso de inquietudes y enmascarado por una más que inquietante realidad económica que nos hace estar alerta ante posibles reveses que pudieran llevarnos al caos. Todo el mundo occidental está inmerso en una grave crisis, no sólo económica sino también de valores establecidos, que amenaza una estabilidad a la que nos habíamos acostumbrado gracias a la falsa bonanza económica con la que se inició el nuevo siglo. Es posible que esa feliz e irreal realidad ya nunca vuelva a repetirse y que el sistema que nos hemos dado se vea dinamitado por nuevos movimientos sociales que amenazan con darle la vuelta a un sistema que hace aguas por todos lados y que es necesario remodelar en lo másaprofundo. Europa se tambalea y España se encuentra en estos momentos en un periodo clave de su historia y los españoles debemos ser conscientes de los graves retos a los que nos enfrentamos. No basta con quedarnos esperando mejores tiempos. Hay que actuar, hay que ponerse manos a la obra para salir el profundo pozo en el que estamos sumidos. Y para ello no sirve solo apretarse el cinturón sino echarse a la calle, apretar los dientes y trabajar duro para que nuestros hijos puedean encarar un futuro menos inquietante y más esperanzador que el actual. Dentro de un mes, los españoles acudiremos a las urnas en busca de respuestas que nos saquen de la actual crisis. Esperemos acertar y que el partido que resulte vencedor sea capaz de buscar soiluciones que nos beneficien a todos. Y si España atraviesa duros momentos, mi tierra, Andalucía, una de las sempiterrnas cenicientas de Europa, una región en la que el atraso, el tercermundismo y el paro han sido durante siglos señas de identidad, afronta en esta segunda década del siglo XXI unos retos similares a los que vivió hace ahora tres décadas. Si en 1980 miles de andaluces se echaron a la calle para exigir una autonomía que el Estado le negaba, ahora habrá que repetir la historia para buscar soluciones a la atonía de unos gobiernos monocolor que se han dormido en los laureles del conformismo. Andalucía tiene también una cita con las urnas en seis meses y debe de ser consciente de lo que se juega. Con una tasa de paro del treinta por ciento de su población activa, que en el caso de los jóvenes supera el cuarenta por ciento, con un millon de andaluces sin empleo y con miles y miles de familias sin el más mínimo ingreso, la situación es simplemente crítica. Pese a su inmenso potencial, la comunidad andaluza sigue estancada en los últimos puestos de desarrollo y hay que hacer un esfuerzo ímprobo para que, de una vez por todas, salga de ese penoso ranking. El Grupo Diario Crítico, y con él Andalucía Crítica, inicia  ahora una nueva etapa con un rediseño más actual y versátil que irá creciendo y enriqueciéndose conforme avancen y se potencien los contenidos del mismo. No se trata de mero un lavado de imagen ni de una simple maqueta nueva de la página, sino una apuesta clara y detonante de un futuro en el que todos vamos a poner nuestro granito de arena. Continente y contenidos irán parejos en la nueva etapa, fieles siempre a los criterios de información veraz, objetiva e independiente que nos ha guiado desde nuestro nacimiento, hace ahora dos años. El futuro es de todos y entre todos podremos lograr que se construya con confianza y solidaridad. En ello estamos.