100 años de la fundación de la República de China Taiwán

[email protected] ¡Cómo transcurre el tiempo? 100 años de buenos resultados, de sabias enseñanzas, de triunfos, de buenos y malos momentos, de una rica historia que se ha convertido en un país orgullo del continente asiático y de quienes tuvimos la oportunidad de ser parte de este gran país, y desde esta columna agradecer públicamente a los gestores de esta gran hazaña, a los soñadores, que hoy por hoy llevan el mensaje y el liderazgo de “libertad”, muchos personajes y guerreros escribieron páginas gloriosas de la historia de Taiwán. Y es en ese sendero, por el que, hoy, caminamos presurosos y agitados para alcanzar las metas y objetivos, que nos hemos propuesto. Ese ejemplo extraordinario de todos quienes la liberaron y de quienes, a lo largo de 100 años han sido sus habitantes que marcaron la historia de sus gestas y luchas por ser cada vez más grande y expresiva en todas sus dimensiones. Sus personajes ilustres, sembraron el camino de exitosas acciones, que han desembocado en el logro de maravillosos resultados, que nos hacen sentir el mejor orgullo de habernos capacitado en LIDERAZGO, que sabemos amarla y respetarla, al tiempo que nos llenamos el alma y el corazón para establecer un compromiso de gratitud, trabajo decidido y eficaz, que tenga como norte el llegar a la cumbre más alta de los éxitos. Pienso que recordar mi paso por Taiwán? no se vuelve difícil, aún falta camino por recorrer para poder contestar con certeza esta pregunta. Existen conductas esquivas que siempre estarán reñidas con la identificación máxima del ser humano cual es el amor y decir gracias. En el momento actual, en que vivimos las primeras escenas de una inexorable ambivalencia estratégica, nos exige hacer profundas reflexiones sobre la forma como deberíamos posicionarnos en este proceso. No habrá modernidad para aquellos países y personas que no estemos dispuestos a efectuar un vigoroso esfuerzo de adecuación y de cambio a los paradigmas instalados y arraigados, productos de épocas en que los países, no estemos acorde a esa necesidad. Esto me lleva a recordar una frase de León Tolstoi y que tiene relación con lo que hizo Taiwán, "Todos piensan en cambiar el mundo, pero nadie piensa en cambiarse a sí mismo". El Siglo XXI nos está imponiendo la necesidad de reinventar la forma en que hacemos las cosas, pero en esta oportunidad sintonizando adecuadamente la misión de Taiwán con técnicas modernas de recursos humanos y con un cambio de mentalidad. El futuro ya no es más la continuación del pasado con ciertas modificaciones. En definitiva, si no existe un profundo cambio interno en cada uno de nosotros, las generaciones futuras seguirán siendo veedoras de simples aunque interesantes cambios cuantitativos. En el plano de Taiwán por ejemplo, su gente tiene la posibilidad de cumplir y hacer cumplir los retos del futuro para que esa época tan ansiada llegue y siga llegando y nos permita estar al ritmo y al aceleramiento de la vida misma. El momento que Taiwán asumió la regencia de su pueblo, su gente unía a su cultura, a su preparación militar y política, un gran prestigio, que la fantasía y la superstición de los taiwaneses habían agrandado hasta convertirla en leyenda. Taiwán al celebrar 100 años de libertad y de éxitos, reitero mi compromiso de agradecimiento y orgullo para llevar a cabo los diferentes proyectos que contribuyen al progreso, hermandad y adelanto de nuestros pueblos. Por eso debemos caminar juntos hasta llegar a la cumbre de nuestras aspiraciones. Es tanto lo que tendría que escribir para agradecer a ese bello país de Taiwán, que se acabaría la tinta. Pero sé que mis labios no podrían nunca dejar de decir todo lo que siento por ti, todo lo que tengo que agradecerte; ni tampoco mi corazón dejaría jamás de quererte, porque el día que eso suceda entonces dejaría de latir.