Iturriaga Neumann ya comenzó a cumplir su condena

“No es materia de delito. La evasión de detenidos está contemplada en el Código Penal respecto al empleado público que tiene a su cargo la custodia de un detenido preso y permite su evasión”, dijo el magistrado. Añadió que el escape de Iturriaga no es ilícito por lo que no se puede abrir causa en su contra, medida que se aplica a todos los particulares que evitan una pena.

Iturriaga Neumann había sido detectado por la policía hace unos días y fue seguido cuando se desplazó de Santiago a Viña del Mar.

Arturo Herrera, director de Investigaciones, reveló poco después de su detención que “se estaba moviendo por varios lugares. Sé que estuvo ayer en Santiago que hoy día en la mañana se trasladó a Viña”, informó.

Los periodistas pudieron ver fugazmente al reo cuando llegó al cuartel Independencia de la policía civil. Lucía un poco más delgado de lo habitual y con el pelo de un color distinto al que ostentaba el pasado 12 de junio en el video en que se declaró en rebeldía y anunció que rehusaba cumplir con una sentencia.

Después de permanecer tres horas en el cuartel policial, lapso en que fue sometido a un riguroso examen médico, Iturriaga dijo a la prensa que “estaba muy bien”, preparándose para conocer el “cúmplase de la sentencia”, la que le fue notificada por la actuaria Valeska Villalón al ingresar al penal Cordillera, en el sector oriente de Santiago.

Al llegar al recinto penitenciario -donde también cumplen pena el ex director de la DINA, Manuel Contreras, y los ex agentes Miguel Krasnoff y Marcelo Morén Brito-, un grupo de manifestantes lo insultó y lanzó huevos y diversos proyectiles a la caravana de automóviles que llevaba a Iturriaga.

La policía encontró al prófugo cuando se aprestaba a desayunar, a las 9 de la mañana, en un departamento del edificio situado en la avenida San Martín, número 1020, en pleno centro de la ciudad balneario de Viña del Mar.

Iturriaga mantuvo en vilo a los tribunales desde que el 11 de junio informara, a través de un video –al más puro estilo de Osama Bin Laden, según comentó La Nación- que se declaraba prófugo de la justicia y que no cumpliría su pena pues consideraba que violaba el Estado de Derecho.

Así, sin más, desapareció del mapa. Se especuló que había huido del país, que contaba con una red de protección y se iniciaron acciones por parte de otros condenados y procesados en causas de derechos humanos.

Sus 52 días de prófugo terminaron la mañana del jueves en Viña del Mar. Ahora ya está cumpliendo su condena de 5 años de prisión, dictada por el secuestro del mirista Luis Dagoberto San Martín Vergara, en 1974.

El abogado querellante en la causa, Nelson Caucoto, indicó que está satisfecho y siente “una tranquilidad enorme" por la captura del ex general. "En este caso hay tranquilidad para la sociedad y por sobre todo para la familia de Luis San Martín, que estaba viendo como se frustraba una sentencia", señaló el jurista.

El paso siguiente es averiguar quiénes ayudaron en la fuga al ex militar. Caucoto advirtió que "no se trataba de un prófugo común, sino de un prófugo que tenía fundamentalmente por su vinculación con la Dina, a los aparatos de inteligencia que formaban una red que le permitió burlar la acción de la justicia por tanto tiempo”.

Estaba armado (con una pistola 9 milímetros), “pero no hubo ninguna situación que pudiéramos llamar ‘conflictiva’. Se entregó sin problemas y fue traído de inmediato hasta Santiago”, dijo el director de Investigaciones.