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Zapatero salva los muebles, al menos

Zapatero salva los muebles, al menos

viernes 03 de agosto de 2007, 20:22h

  Zapatero ha evitado llevarse en Navarra una bofetada semejante a la que se llevó en Cataluña en noviembre del año pasado. Ha salvado los muebles y, quizá, haya salvado (por ahora, claro) las elecciones del próximo mes de marzo. Y ha evitado hacer un ridículo semejante al que hizo cuando las últimas elecciones autonómicas catalanas.

  Se van a cumplir ahora, en septiembre, dos años de la aprobación por el Parlament catalán, del Estatut de Catalunya. Ya saben ustedes lo que ocurrió a continuación y lo que Zapatero hubo de prometer, aquel 21 de enero de 2006, al líder de Convergencia, Artur Mas, para lograr que CiU votase afirmativamente en el Congreso de los Diputados al Estatut ‘recortado a su paso por Madrid’. Entre otras cosas, y tras varias reuniones secretas en el verano de 2005 que culminaron  en aquel encuentro de enero de 2006 en La Moncloa, Rodríguez Zapatero prometió a Mas que Maragall no volvería a ser candidato a la Generalitat por el Partit Socialista de Catalunya y que, sobre todo, esta vez se respetaría lo que no se respetó en las elecciones autonómicas de noviembre de 2003: o sea, el principio democrático de que quien obtiene más escaños es quien gobierna.

  Ya vimos que, tras las elecciones del 1 de noviembre de 2006, que CiU ganó en escaños sobre el PSC, no se respetó aquel pacto, que hubiese colocado a Artur Mas en la presidencia de la Generalitat. Cierto que Zapatero cumplió en lo referente al apartamiento de un Maragall que no daba muestras de excesivo equilibrio, y Maragall no repitió como candidato (ya estaba evidenciando  su incapacidad psíquica para el cargo). Pero eso fue lo único que pudo cumplir ZP. Ya meses antes, en septiembre, en el curso de una reunión también secreta (porque aquí ha habido mucho secretismo) en La Moncloa entre Zapatero, Mas y Maragall, quedó claro que el entonces aún president de la Generalitat estaba presionado por su partido, el PSC, para que no cumpliese con los términos acordados entre el presidente del Gobierno central y el líder de Convergencia Democrática de Catalunya.

   Y, así, tras las elecciones de noviembre se volvió a formar, bajo la presidencia de Montilla, un Govern tripartito, del PSC, ERC e Iniciativa. Y CiU quedó, una vez más, en la oposición, aunque ganase las elecciones. Zapatero quedó como alguien que no cumple sus acuerdos políticos –porque acuerdo político en toda regla, aunque fuese verbal, hubo en aquella ‘cumbre’ de enero del 2006 con Mas—y se demostraba que el poder del inquilino de La Moncloa no era tanto, puesto que el PSC, con el ex ministro Montilla a la cabeza, podía torcer su voluntad y forzarle a incumplir lo previamente prometido a Convergencia.

  Claro que el PSC es una fuerza con cierta autonomía dentro del PSOE y tiene una potencia en Cataluña que el PSN no tiene en Navarra. Hubiese resultado curioso, cuando menos, que los socialistas de Puras hubiesen podido imponer su voluntad frente a las de La Moncloa y Ferraz y pactar un acuerdo de gobierno con Nafarroa Bai e Izquierda Unida, cuando lo que Zapatero y Blanco predicaban era un acuerdo para que quien gobernase fuese la conservadora Unión del Pueblo Navarro. El efecto, de cara al resto del país, hubiese sido nefasto, entre otras cosas porque se habría confirmado que Zapatero carecía de la fuerza suficiente como para imponer sus decisiones, aunque se tratase decisiones “desde Madrid”. O precisamente porque eran decisiones ‘desde Madrid’.

  Zapatero ha restablecido la autoridad de su Gobierno y del partido federal. Ha salvado los muebles, aunque el salvamento de la casa ha demorado demasiado tiempo. Cierto es, por otro lado, que esta decisión, tenga las consecuencias que tenga en el socialismo navarro, restablece no pocos equilibrios internos en el PSOE y desmiente a quienes aseguraban, desde la orilla opuesta, que todo era un montaje y que, lo que Zapatero deseaba en el fondo, era el pacto con NaBai. Otro análisis errado de que lo que el por otro lado errático zapaterismo quiere y representa. Claro que ¿alguien sabe lo que quiere y representa el zapaterismo?

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