Detenido un polaco acusado de matar a un vecino de Humanes en 1999

Según informaron este jueves fuentes de Jefatura Superior de la Policía, el 17 de mayo de 1999 apareció en la calle madrileña de Cuart de Poble, en el interior de una furgoneta estacionada en doble fila, el cadáver de un varón. Los agentes que se acercaron al lugar constataron que el vehículo tenía las puertas cerradas y tanto las palanca de cambio como la matrícula y otras zonas presentaban manchas de sangre.

El cadáver correspondía a un varón de unos 50 años que presentaba golpes en el cráneo así como una herida inciso cortante. El cuerpo se encontraba enterrado bajo los palés, cajas de cartón y diversas bebidas. Paralelamente, la Policía tuvo conocimiento de que una persona en la Comisaría de Getafe había denunciado la desaparición de un hombre que coincidía con las características del cadáver encontrado.

Del análisis que se realizó a la furgoneta se pudo averiguar que pertenecía a una empresa que llevaba el apellido del fallecido y que tenía su sede en un polígono industrial de la Fraila, de la localidad madrileña de Humanes. También se averiguó que días antes el imputado estuvo buscando trabajo como albañil en el citado polígono y que se le había visto en un restaurante cercano mientras tomaba una consumición con el finado. A partir de este momento ya no se volvió a tener conocimiento alguno sobre el paradero de Andrés Peñasco Rodríguez.

Las investigaciones determinaron que después de ese encuentro en el restaurante el presunto asesino quedó con un amigo y allí se presentó con la furgoneta del fallecido. Ya en casa del amigo tomaron algunas bebidas, que aportó el propio Robert, y cuando las terminaron bajaron a la furgoneta a recoger más. En ese momento el amigo creyó ver en su interior el cuerpo desnudo de un hombre bajo unos palés, pero el supuesto homicida le indicó que se trataba de un maniquí. Ante la insistencia de las preguntas de su amigo, Robert se puso nervioso y agresivo y entablaron una discusión, que acabó en pelea. Entonces Robert se marchó del lugar, dejando abandonada la furgoneta.

A partir de aquí se hicieron cargo de las investigaciones los agentes del Grupo V de Homicidios. Con los datos aportados y pruebas halladas, los agentes solicitaron al Juzgado de Instrucción de Guardia de Fuenlabrada que emitiera una orden internacional de detención.

A principios de abril, el fugado intentó cruzar a Andorra por el paso fronterizo de Baldrá. Cuando le fue requerida su documentación, los policías andorranos comprobaron que existía una orden internacional de detención y le arrestaron. Una vez se concedió la extradición a España, Robert fue puesto a disposición del Juzgado de Fuenlabrada, que ordenó su ingreso en prisión.