Viene muy a cuento eso de que
"hay verdades, medias verdades, mentiras, medias mentiras y estadísticas". Con los datos que maneja el Gobierno autonómico madrileño, la promesa electoral de la presidenta
Esperanza Aguirre de reducir las listas de espera a un máximo de treinta días se ha cumplido. Dijo doña Esperanza que, si no lo lograba, dimitiría. Y claro, están los tiempos como para dimitir.
Por eso, lo que en principio era un reducción de listas en toda regla fue matizado a acortar el tiempo de espera sólo para las intervenciones quirúrgicas. Luego, comenzaron a contabilizarse estos famosos 30 días de la 'cuenta atrás' desde que el anestesista da su visto bueno a la operación, no desde que el médico especialista la prescribe. Algo, por cierto, que sólo ocurre en Madrid, porque en el resto de España todas las comunidades autónomas, las gobierne quien las gobierne, se contabiliza este tiempo desde que el médico especialista decide que es necesario operar.
Ni aún así salían las cuentas. Así pues, había que 'cortar por lo sano', si es que hay algo de sano en todo esto: a quitarse de enmedio a los pacientes que no quieran operarse en una clínica privada. Y héte aquí las estadísticas de Aguirre, sus resultados. Misión cumplida.
El PSOE denuncia estas manipulaciones y se encuentra con que Aguirre, impasible el ademán, repica que las huelgas en el ssector sanitario madileño van dirigidas contra la política sanitaria de
Elena Salgado y
Zapatero. Casa mal esta afirmación con las movilizaciones convocadas para esta semana por UGT y CCOO: una huelga el jueves 14 y viernes 15 y una manifestación el jueves 14, en defensa del sistema público. Por eso, sale el consejero
Manuel Lamela, responsable de la materia, para decir que estas huelgas son
"intolerables". ¿No habíamos quedado en que iban contra ZP?
Lo malo de todo esto es que mientras los políticos discuten con vistas a la cita electoral del próximo mes de mayo, las urgencias de loss hospitales y la atención sanitaria en general se sigue deteriorando. Los dos principales partidos, PP y PSOE se disputan el poder autonómico. Pero es la salud de todos los madrileños lo que está en juego.
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