El Gobierno ratifica la lucha contra la corrupción

Luego del escándalo con funcionarios de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA)."No hemos llegado hasta aquí para repetir la nefasta experiencia de la corruptela argentina. Hemos venido para romper con la corrupción y vivir en otro país, con otra moral y dignidad", subrayó el jefe del Gabinete de ministros, Alberto Fernández.

 La oposición exige más renuncias en el gobierno por el escándalo de la incautación de 800.000 dólares no declarados por el venezolano Guido Antonini Wilson el sábado pasado, cuando llegó a Buenos Aires en un avión rentado por la estatal Energía Argentina (Enarsa) en el que viajaban directivos de esa empresa y de PDVSA.

 Analistas consultados por Efe coinciden en que este asunto tendrá cierto impacto en la intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre próximo, pero matizan que esto puede ser relativo en vista de la amplia ventaja que lleva la candidata oficialista, la senadora y primera dama, Cristina Fernández.

 El jefe del Gabinete defendió a los funcionarios de Enarsa e insistió en que PVDSA debería dar explicaciones por la relación de sus directivos con Antonini Wilson, a quien la justicia argentina investiga por "contrabando en grado de tentativa".

 El escándalo estalló el miércoles, un día después de que concluyera la visita a Argentina del presidente venezolano, Hugo Chávez, quien sostuvo que se ha tratado de empañar el éxito de los acuerdos de integración energética que firmó con su colega argentino, Néstor Kirchner.

 El llamado caso de la "maleta con dinero" ocupó grandes espacios en la prensa latinoamericana y en España, que además recordó que se suma presunto cobro de sobornos a la constructora sueca Skanska a cambio de obras de gasoductos, entre otros, indicaron a Efe analistas de la consultora Globalnews.

 La oposición argentina exigió hoy la renuncia de Julio De Vido al frente del Ministerio de Planificación, responsable de las obras públicas, de Enarsa y del organismo de control de concesiones viales, cuyo director, Claudio Uberti, fue cesado el jueves a raíz del escándalo que salpica a PDVSA.

 "Nadie vive en el Olimpo", subrayó a Efe el encuestador Roberto Bacman al indicar que al igual que otros colegas ha comenzado a medir "el impacto que puede tener" este asunto con vistas a las elecciones presidenciales del 28 de octubre, que tienen como favorita a Cristina Fernández de Kirchner.

 "Todo caso de presunta corrupción tiene mucho impacto, pero este final de gobierno no es para nada igual al que tuvieron los de Raúl Alfonsín (1983-1989), Carlos Menem (1989-1999) y Fernando De la Rúa (1999-2001) que afrontaban problemas con una baja popularidad", apuntó.

 Destacó que el gobierno "reaccionó rápido y en 24 horas despidió a un funcionario" (Uberti), a diferencia del caso de la dimisión de Felisa Miceli como ministra de Economía en julio pasado, cinco semanas después de que se descubriera una bolsa con una fuerte suma de dinero en el baño de despacho.

 Bacman coincidió con su colega Ricardo Rouvier en que la gestión de Kirchner se destaca por la bonanza económica con una reducción sustancial de los índices de pobreza y desempleo disparados por la severa crisis de 2002, mientras que la oposición está dividida y no consigne acaparar un mayor interés del electorado.

 "La oferta electoral del gobierno es más interesante, el gran tema es que la oposición no logra remontar puntos", comentó Rouvier a Efe.

 Rouvier apuntó que hace falta "esperar unos días" para saber el "impacto real" en la opinión pública, "que apenas se difunden sospechas de corrupción muestra un alto pico de reacción negativa que con el correr de los días es estabiliza en niveles menores".

Las encuestas indican que Cristina Fernández acapara el 45 por ciento de los votos frente al 9 o 10 por ciento para el ex ministro de Economía Roberto Lavagna y para Elisa Carrió, candidata de centro izquierda.

 Rouvier apuntó que sus encuestas "por ahora" proyectan que la primera dama llegará a las elecciones con una intención de voto del 45 por ciento frente al 20 en favor de Lavagna o Carrió, que están parejos.

 La Constitución argentina establece que para ganar una elección presidencial hace falta reunir el 45 por ciento de los votos o el 40 por ciento con una ventaja de diez puntos porcentuales, con lo que de momento es "poco probable" que haya una segunda vuelta que dé una oportunidad a la oposición, opinó el analista Rosendo Fraga.