Matas acude a ver al fiscal del Reino

A muchos expertos en jurisprudencia les ha parecido sorprendente, y les ha producido "auténtica perplejidad, y no sé si también sonrojo", nos decía uno,  el hecho de que el presidente de una Comunidad Autónoma, la de Baleares, Jaume Matas, haya acudido  Madrid para mantener una entrevista con el fiscal general del Estado, o del Reino, Cándido Conde Pumpido. No es normal que la más relevante autoridad de un gobierno autonómico acuda al gran jefe de los fiscales, el responsable del ministerio público o "gran acusador" y defensor  de la legalidad, por el hecho de que una de las localidades de su "territorio autonómico", Andratx, haya sido denunciada por una multitud de delitos urbanísticos sobre los que el propio presidente autonómico había permanecido durante años mudo, callado. Hasta el punto de que acaso quepa sospechar que haya conocido y hasta consentido las irregularidades. Lo cierto es que Matas ha sido muy severamente tratado por la oposición balear, que le ha llegado a solicitar que dimita de su cargo, tras las revelaciones a las que los medios informativos han prestado amplia atención en las dos últimas semanas.

¿A qué responde el viaje de Matas y su entrevista con Pumpido?  Los mismos informadores baleares del Caso Andratx nos anunciaron que Matas efectúa esta visita al fiscal con voluntad de colaborar, pero también ante el temor a que otros municipios "de su reino" pudieran estar a punto de aparecer en otras denuncias parecidas a las de Andratx. Tan angustiado ha estado Matas por el caso denunciado que llegó a desvincularse de la gestión del PP en el consistorio investigado y ha pedido tolerancia cero tras el Caso Andratx. Matas, por el contrario, ha calificado de intachable  y transparente su propia actuación en el Caso, aunque se haya mostrado atribulado, y se ha defendido de las críticas, hasta asegurar que no está acusado de nada. Jaume Matas, en su serie de defensas personales, no ha dudado en atacar al PSOE, de quien dijo que "ha hecho un uso partidista del Caso Andratx,  que se volverá en su contra".

Y, sobre todo, se ha quejado porque, en su opinión, "una actuación así no se ha producido en ningún municipio de España, excepto en Marbella". Pero, sobre todo, parece que su viaje responde al temor a que pudieran aflorar otros casos de comportamiento inadecuado en otros municipios baleares, tal y como preanunciaron algunos opositores socialistas de las islas.

De manera que muy probablemente el viaje haya sido reflejo de su propia inseguridad ante este caso y ante otros similares que eventualmente pudieran aparecer en otros municipios baleares, en los que la corrupción urbanística, y los desmanes inmobiliarios han estado, como en Andratx, en boca de todos durante bastantes años, sin la menor intervención ni siquiera advertencia de las autoridades del lugar. A Matas parece que le molesta vivamente poder ser comparado con el Manuel Chaves que, ante el caso Marbella, dicen que miró hacia otro lado, y no exigió el cumplimiento de la ley vigente.