Y habló la Comisión Europea...

Y el veredicto ha sido inocente, pero con cargos menores. Es decir, que sólo afectará levemente en algunos mercados, de manera que, en conjunto, el impacto no será severo. Materialmente se traduce en una décima menos de crecimiento tanto en la UE como en la zona euro, con lo que mantiene ambas previsiones de crecimiento por encima del 2,5%.

Para España, la resolución del 'juez' comunitario es aún más positiva, ya que la previsión del 3,7% lanzada en la pasada primavera se mantiene.

Si no fuera porque es imposible, parecería que Almunia, comisario de esta materia, ha 'sucumbido' ante Zapatero y ha rectificado las palabras que hizo la pasada semana acompañado de Solbes, dándole un buen empujoncito al Ejecutivo español.

Pero lo cierto es que, al final, la Comisión ha ratificado lo que el Gobierno en general y el Ministerio de Economía en concreto ha venido defendiendo desde que explotara la crisis al otro lado del océano: que sus efectos en España serán pequeños y localizados.

Otro tema es el del mantenimiento del ritmo de crecimiento en el futuro. Almunia, como Solbes y como tantos otros, ha advertido de la ralentización de la economía española para la última parte del año, y en este caso no hay consuelo para el Ejecutivo, la construcción se ralentiza y, con ella, toda la economía.