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Rito popular con 115 años de historia que inició Maximiliano

"Grito de Independencia", tradición sin dueño

domingo 16 de septiembre de 2007, 07:52h

El Grito de la Independencia, que dieron ayer autoridades, espontáneos y miles de ciudadanos en las plazas públicas de ciudades, pueblos y barrios de México, es una tradición popular con 115 años de historia y que ha rebasado los intentos de unos y otros por adueñarse de ella. El más llamativo de todos es quizás el que da el Presidente de la República desde el balcón del Palacio Nacional, aunque en ocasiones, el rito se traslada al pueblo de Dolores-Hidalgo, en Guanajuato.

Fue allí donde en 1810 el padre Miguel Hidalgo, considerado el "padre de la patria" mexicana, tomó un 16 de septiembre de madrugada el estandarte con la Virgen de Guadalupe como bandera, golpeó la campana de la iglesia y gritó "¡Viva México! ¡Viva la Virgen de Guadalupe!" y, según algunos historiadores "¡Mueran los gachupines!" (término derogativo para nuestros ancestros españoles, de quienes Hidalgo era par y parte de su esencia, pues era criollo y aun los mestizos –hijos de indígena o español o viceversa- tenemos cultura, sangre, idioma y tradición ibérica, ¿gachupines mexicanos?)

Bien les convendría a quienes no asumen a plenitud su hispanidad, en estas que otrora fueron tierras pobladas por nativos originarios como aztecas, mayas, otomíes o huicholes, pero que ya formamos parte de un sincretismo cultural insoslayable que leyeran o releyeran ese clásico “El Laberinto de la Soledad” de Octavio Paz, derivado del texto clásico que sobre la identidad mexicana no resuelta escribió en los albores del siglo XX Samuel Ramos, para romper con tabúes y mitos que sólo llevan a xenofobias deleznables, revestidas de patrioteros “nacionalismos”.

Pues bien, aquel gesto del “Grito de Independencia” quedó institucionalizado en 1892 cuando el para nada mexicano ni español Maximiliano de Habsburgo, el efímero emperador de México, lo repitió en el mismo escenario que había elegido el cura Hidalgo, cuenta en su Diccionario Irreverente de Política mexicana el antropólogo Luis Fernando Roldán Quiñones.

La noche de anoche se esperaba un acto con crispación en el Zócalo capitalino, lo que llevó incluso a que la Iglesia católica, a través del portavoz del Arzobispado de Ciudad de México, Hugo Valdemar, a pedir a la gente "que se la pasen en casa (...) porque lamentablemente puede haber violencia".

Seguidores de presidente Felipe Calderón y del izquierdista Andrés Manuel López Obrador, derrotado por un estrecho margen en los comicios del pasado año, coincidirán nuevamente en la plaza capitalina para la ceremonia.

El protagonista del acto fue el presidente Calderón, quien por vez primera dió a las 23:00 hora local (4:00 GMT del domingo) el Grito desde un balcón del Palacio Nacional.

Sin embargo, momentos antes de que lo haga Calderón, la senadora Rosario Ibarra, simpatizante de López Obrador, dió otro desde un templete montado en la plaza.

También hay previsto un tercer grito que proferirá alrededor de las 20:30 horas (1:30 GMT de mañana) el alcalde del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), el de López Obrador, desde la sede del ayuntamiento, localizada en un costado del Zócalo.

Llamó la atención de la prensa extranjera que el Palacio Nacional que ocupará Calderón está desde mediados de la semana custodiado con vallas y militares por el Estado Mayor Presidencial (EMP), la corporación encargada de velar por la seguridad de los mandatarios en el país.

Un inusual cerco montado con vallas impedirá a los críticos de Calderón, quien ganó los últimos comicios presidenciales por una exigua diferencia de unos 233.000 votos frente a López Obrador, acercarse demasiado a la fachada de palacio.

El acto oficial tuvo como invitados a los miembros del Gabinete mexicanos, a sus familias, a figuras públicas de diversos ámbitos y al personal diplomático destacado en el país, quienes ocuparon los balcones y salones del primer piso de palacio.

En el Zócalo o Plaza de la Constitución miles de personas se congregaron con ánimo festivo a dar los vivas a México y presenciar un espectáculo de fuegos artificiales en una plaza iluminada y adornada con los colores patrios: verde, blanco y rojo.

Lejos de la capital López Obrador, quien no reconoce a Calderón como presidente y se ha autoproclamado "presidente legítimo" de los mexicanos, ha elegido el humilde pueblo de San José Tenango, en la sierra norte de Oaxaca, para dar su propio “grito”.

La comunidad es un pueblo mazateca donde la mayor parte de la población es indígena y quedó afectado por las intensas lluvias que azotaron varios estados del centro y sudeste de México al paso del huracán "Dean".

Hace días se especuló con la posibilidad de que incluso el ex presidente Vicente Fox diera su propio grito en el rancho de San Cristóbal, donde suele residir tras dejar el cargo, extremo que ayer descartó el Centro de Estudios Fox, que funciona en esa propiedad, quizá tras la aprensión que de su zapatero con pieles exóticas hizo la Procuraduría General de la República al mando de Eduardo Medina Mora..

****Llama Calderón a “concordia y reconciliación”

El presidente Felipe Calderón aseguró al medio día de ayer sábado que en la celebración de las fiestas patrias nadie queda al margen al recordar las palabras del maestro Andrés Henestrosa.

El titular del Ejecutivo viajó a Monterrey para inaugurar el proyecto de integración urbanística de la capital previo al comienzo del Foro Universal de las Culturas y ahí se refirió a la celebración del Grito de Independencia.

“En este mes patrio conmemoramos la gesta decisiva. Esta noche celebraremos el 197 aniversario de la Independencia de México y como parte de los festejos rendiremos un homenaje a quienes nos dieron libertad, patria e independencia. Como dijera Andrés Henestrosa es la fiesta cívica por antonomasia, nadie queda al margen de la celebración porque es el minuto de la concordia y la reconciliación”.

El mandatario hizo alusión a las reformas que ha aprobado el Congreso de la Unión, entre ellas al de Pensiones, la Hacendaria, la Electoral y la del Régimen fiscal de Pemex y subrayó la importancia de que con base en el diálogo se logre la transformación del país.

“Estoy convencido de que sí es posible transformar a México. Esta obra es una muestra clarísima y concreta de que ello es posible. Para lograrlo es necesario que todos los actores políticos y sociales logremos acuerdos y tengamos altura y claridad de miras de lo que exigen los nuevos tiempos”.

El mandatario expresó su deseo de que así como se han aprobado las reformas, las siguiente, entre ellas una en materia de seguridad, se discutan en torno al diálogo y el acuerdo “que tanto necesita el país”.

Calderón Hinojosa indicó que nuestra generación, es decir, a todos los que nos toca vivir en nuestra época estamos llamados a transformar a México con audacia.

A su vez el gobernador Natividad González Parás señaló que México como las grandes naciones requiere de transformaciones como las que se impulsaron en el Congreso, eso “lo debemos de saludar con mucho entusiasmo y alegría los mexicanos”.

Calderón y González Parás realizaron un recorrido por el Paseo Santa Lucía que incluye un río artificial, puentes, la interconexión de tres museos y la ampliación de la macroplaza.


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