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Los ciudadanos, protagonistas de la Noche en Blanco: "Me he sentido como una estrella"

domingo 23 de septiembre de 2007, 11:01h
La segunda edición de la Noche en Blanco madrileña tuvo como principal protagonista a los miles de ciudadanos que llenaron los museos y teatros de la ciudad, a pesar de la lluvia, que apareció sin invitación.
El inicio del encuentro nocturno con el Arte tuvo lugar en el Estanque del Parque del Buen Retiro, con un espectáculo basado en la experimentación con el silencio y el sonido de tubas, con el que parte del público poco se identificó.

"Esperaba más movimiento", decía una joven, mientras la señora que la acompañaba añadió: "Esto sí que es una noche en blanco, hemos venido a ver nada".

Muchos dejaron el espectáculo antes que se terminara para dirigirse a la Puerta de Alcalá, donde una artística nube rodeaba el monumento, un espectáculo perjudicado por el constante tráfico rodado que impedía la visión completa del montaje y que la mayor parte de la gente contemplaba mejor en una pantalla instalada en frente.

"Por lo menos hemos podido pasar"
El eje Prado-Recoletos concentró gran parte de los asistentes, que prefirieron, ante la amenaza de lluvia, hacer cola para entrar a los museos del Prado, Reina Sofía y Thyssen-Bornemisza, en los que se hacía espera de hora y media pero, como dijeron la pareja Oscar y Lara, "por lo menos podemos pasar, no como en la Bolsa de Madrid, donde era imposible entrar porque se repartieron 900 entradas en un cuarto de hora".

El mismo sentimiento tenían los que hacían cola para ver el manuscrito del Cantar del Mio Cid en la Biblioteca Nacional, exposición a la que sólo podían acceder mil personas y de la que se quejaron tanto los que se quedaron fuera como algunos de los que entraron, que consideraron demasiado breve la visita "para todo el rato que llevamos esperando", dijo Concha, una de las primeras visitantes.

Las primeras gotas de lluvia alteraron algunas de las actividades programadas, como el espectáculo de improvisación que iba a tener lugar en los jardines del Teatro Abadía, que finalmente tuvo que representarse dentro de la sala.

"Quiero ser artista"
Los que decidieron participar en las actividades lo hicieron en el centro de Madrid, donde muchos jóvenes se apuntaron al proyecto "¡Quiero ser artista!", motivados, como Andrea, "por la oportunidad de divulgar un trabajo artístico", en su caso, una foto que sería expuesta en una galería virtual elaborada especialmente para esta noche.

Espectáculo de barcas en el Retiro. Cerca de allí, en el Cine Capitol, las amigas Marta y María José hacían cola para formar parte de una de las actividades más concurridas de la noche: "Be a star", una especie de simulacro de la fama, en el que los participantes entraban en una limusina y desfilaban por una alfombra roja protegidos por guardaespaldas, mientras una treintena de animadores -colaboradores del evento- le gritaban como si fueran verdaderos fans.

"Esto ha sido lo mejor que me ha pasado, me he sentido una estrella", dijo María José, al que le hicieron coro tres francesas que también esperaban su turno. "Esto en París no lo haríamos, por vergüenza, pero aquí no nos conoce nadie", afirmó Cloè.

Los que bajaban por Gran Vía se unían a las miles de personas que disfrutaban de las proyecciones de luz en el Edificio España, en la plaza de mismo nombre, mientras los más jóvenes optaron por acercarse a la calle Fuencarral, en donde asistieron a los conciertos de grupos emergentes como Triángulo de amor bizarro y Habitación Roja, así como a los espectáculos hip-hop y música dance en calles aledañas.
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