www.diariocritico.com

El papel exterior de ZP

sábado 16 de diciembre de 2006, 14:08h
La Unión Europea (UE) ha celebrado en Bruselas la última cumbre antes de que se incorporen el 1 de enero Rumanía y Bulgaria. Paralizada como está, a expensas de las elecciones francesas, en la UE no se mueve prácticamente nada, por lo que sus dirigentes maquillan como mejor pueden sus pobres tareas políticas. Será tras la elección del nuevo presidente -o presidenta- de Francia cuando los motores de Bruselas vuelvan a rugir y pueda replantearse el rechazo de la Constitución europea por Francia y Holanda, así como la ampliación de la propia UE.

España, que tiene un grave problema como es la inmigración, suele dedicarse en Bruselas y en otros foros internacionales a querer arreglar el mundo, y además intenta hacerlo al margen del acuerdo con Estados Unidos, lo cual denota una ingenuidad política manifiesta. El problema de la inmigración, el de verdad, es debido a que la gente huye del hambre, algo bien conocido en España, porque millones de españoles emigraron a lo largo de la historia por la misma razón. Por tanto, el problema no se resolverá sólo con más patrullas, aunque éstas las paguen los contables de Bruselas.

El Gobierno de Rodríguez Zapatero sigue lejos de desarrollar en Europa una política con mayúsculas como la desplegada en su día por Felipe González, y que tan buenos resultados dio para el bienestar en España. Se dan pasitos pero no se actúa con altura de miras. Madrid puede refugiarse en el vacío que genera la indefinición francesa, lo cual es rigurosamente cierto, pero al menos podría demostrar más seriedad y coherencia en sus decisiones. Superada la deriva de Aznar, que pretendió entender Europa sin Francia ni Alemania, España tendrá que encajar su política en torno al sólido eje franco-alemán, recuperando a la vez la sintonía con Estados Unidos. Todo lo demás puede estar muy bien pero suena a fuegos de artificio.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios