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La culpa fue de Bin Laden

La culpa fue de Bin Laden

lunes 08 de octubre de 2007, 02:18h
-No me acuerdo, pero no es cierto.

Ésa fue una de las tantas respuestas ingeniosas del ex dictador Augusto Pinochet cuando la Justicia chilena intentó aclarar sus responsabilidades en violaciones a los derechos humanos. Pero tras su muerte, el pasado 10 de diciembre, el general dejó una pesada herencia a su viuda, sus cinco hijos y 17 de sus colaboradores y subalternos.

-No es cierto. Y si fuera cierto no me acuerdo –insistió Pinochet, durante el interrogatorio a que lo sometió el juez Víctor Montiglio, el 14 de noviembre de 2005. El juez quería saber de qué manera el acusado enfrentaba el papel que cumplió en las más de 3.000 muertes y desapariciones de opositores que dejó su dictadura de 17 años (1973-1990).

Por supuesto que el acusado se declaró inocente.

Al morir Pinochet, los juicios en su contra por violaciones a los derechos humanos quedaron archivados para siempre. El general nunca fue condenado y las acusaciones que lo apuntaron quedaron en manos del tribunal de la Historia. Pero las otras denuncias, aquéllas que envuelven a su entorno familiar por enriquecimiento ilícito y otros delitos, continúan vigentes a 10 meses del deceso del ex dictador.

¿Cuál sería hoy la respuesta de Pinochet después que el juez Carlos Cerda, por segunda vez en menos de dos años, encarcela a sus hijos y a su viuda, Lucía Hiriart?

-Sabía que tenía plata afuera. De eso sí me acuerdo, pero no las cantidades –respondió en uno de los tres interrogatorios ante el juez Cerda, que ordenó su arresto el 23 de noviembre de 2005. La memoria de Pinochet también despertó para reconocer que mantenía depósitos secretos en el Riggs Bank de Miami y Washington con diferentes nombres, incluido el famoso apodo de “Daniel López”.

-Mire –admitió entonces-: en Miami me recuerdo que deposité una cantidad de dinero, porque pagaban una buena suma. En el Riggs de Washington me ofrecieron ellos tenerme la cuenta… Yo me llamaba Daniel López ahí.

El juez Sergio Muñoz, que hace tres años inició el proceso en Chile y lo entregó a su colega Cerda cuando a fines de 2005 se integró a la Corte Suprema, investigó varios delitos que apuntaron a Pinochet y sus familiares: uso de pasaportes falsos, fraude al Fisco, malversación de fondos públicos y ocultamiento de información ante el Servicio de Impuestos Internos. En suma, configuró un cuadro de enriquecimiento ilícito cuya cuantía estimó en 28 millones de dólares.

Es decir…  14.000 millones de pesos.

¿Algún miembro de las Fuerzas Armadas o funcionario público está en condiciones de retirarse del servicio con ese patrimonio? ¿Algún maestro de escuela, profesor universitario o médico de un hospital público llega al final de sus días con la cantidad de propiedades inmobiliarias y cuentas bancarias que acumuló el general Pinochet para beneficio propio y de su familia?

-Toda mi vida he sido un hombre correcto y ahorrativo. Yo buscaba formas de incrementar mi patrimonio: escribía libros, redactaba artículos para revistas –argumentó Pinochet cuando el juez lo interrogó.

-Mi sueldo entero lo metía al banco –agregó-, a fin de transformarlo en dólares y enviarlo a Estados Unidos. En resumen, puedo decirle que toda mi vida ahorré.

¿Usted le cree a Pinochet?

Aparentemente el juez Cerda tenía sus dudas, cuando en enero de 2006 ordenó por primera vez el arresto de la viuda y los hijos del ex dictador. La mayor de los cinco hermanos, Lucía Pinochet Hiriart, quiso evadir el arresto y buscó asilo en Estados Unidos. Pero Estados Unidos la envió de regreso a Santiago, donde quedó detenida y al cabo de algunas horas el magistrado le concedió la libertad.

Ahora el proceso sigue y la historia se repite. Una historia que comenzó el martes 11 de septiembre de 1973, cuando Pinochet tomó el poder e inició la más cruenta y prolongada dictadura que ha tenido Chile. Otro martes 11 de septiembre, pero de 2001, comandos terroristas atacaron las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington. Tiempo después, en julio de 2004, una comisión del Senado de Estados Unidos que investigaba el “lavado de dinero” de organizaciones terroristas islámicas descubrió las cuentas secretas de Augusto Pinochet.  

De lo que se desprende que cuando Pinochet se propuso exterminar a “los terroristas” no imaginó que dejaría a su familia esta pesada herencia… por culpa de Osama Bin Laden y sus seguidores

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Enrique Fernández
Periodista
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