La desigualdad de género

"A lo que aspiramos es a una distribución equilibrada de responsabilidades entre todas las personas, hombre y mujeres, que representan el conjunto de la ciudadanía", señaló al inaugurar el encuentro, que se celebra en Santiago.

A la cita asisten representantes de 20 países de Iberoamérica y bajo el tema "Género y Cohesión Social". Según Bachelet, todavía queda un largo camino por recorrer para "hacer que éste sea un tema que esté efectivamente en la cabeza, en el corazón, en la política y en la acción de todos los jefes de Estado y de Gobierno".

Es por ese motivo que la mandataria chilena propuso la celebración, por primera vez, de esta Conferencia de Género dentro de las reuniones preparatorias de la XVII Cumbre Iberoamericana, que se celebrará en Santiago entre el 8 y el 10 de noviembre.

Bachelet expresó su "inmensa satisfacción" por este logro y explicó que, "aunque en un principio no estaba en el programa", ella insistió en que este era un tema "que no podíamos dejar de abordar".

"Uno de los mayores cambios del siglo XX fue la creciente incorporación de la mujer a los diversos ámbitos de la vida social y, en particular, al mundo del trabajo, en un proceso exento de tensiones", señaló la mandataria.

Ejemplificó, en ese sentido, que el hecho de que Chile haya podido elegir una primera Presidenta de la República "es, sin duda, un triunfo en la larga lucha por abrir espacio a las mujeres en la sociedad, pero no deja de ser una excepción".

"Los críticos argumentan que el acceso a cualquier posición debe estar fundado exclusivamente en los méritos. No sé por qué ese comentario sólo aparece cuando hablamos de mujeres", subrayó. A su juicio, no se trata de un problema de falta de méritos, "es la desigualdad en la distribución de las oportunidades para las mujeres la que frena su acceso a los puestos de responsabilidad", afirmó.

Agregó que no descansará "hasta conseguir el derecho efectivo de toda mujer chilena a la vida, a la integridad física, a la seguridad en la calle, en su casa o en su barrio".

"La conciliación de familia y trabajo es responsabilidad no sólo de las mujeres, sino de toda la sociedad, e implica promover cambios profundos, tanto en el ámbito familiar como en la actual lógica de mercado", concluyó.